Una oportunidad para Villena
Para el común de los ciudadanos, la pasada campaña electoral trajo un nuevo concepto que no estábamos acostumbrados a poner sobre la mesa en las conversaciones típicas que suelen comenzar con la inocente pregunta: ¿Cómo está Villena? Me refiero al Puerto Seco.
Hasta la fecha, podríamos decir que el trío de ases que se solía jugar, si me permiten el símil, era el trillado problema de las vías, la puesta en valor de la plaza de toros y el trasvase. El Partido Popular puso en liza la construcción de un puerto seco en nuestra ciudad adjuntando dicha propuesta a sus posicionamientos sobre los otros temas estelares mencionados, en los que mantiene una postura diferente a la que ha defendido el PSOE local en estos años. Creo que, en general, todos conocemos estos discursos y por tanto, no es necesario entrar a comentarlos de momento. Conforme se vayan cumpliendo o incumpliendo las promesas, podremos volver sobre ellos para felicitar o reprochar su gestión. El concepto Puerto Seco, por lo que he podido percibir entre mis vecinos, ha sido considerado como vaya usted a saber, de hecho, con alguna persona que he hablado, su percepción sobre este tema es como de una obra que ejecuta la Generalitat y que nosotros no nos enteramos ni de sus beneficios ni de sus perjuicios, suponiendo que los tenga.
Sin embargo, a poco que uno indaga sobre este tema se percata de inmediato de la oportunidad que supone para cualquier población disponer de un puerto seco en su término. Oportunidad de prosperidad y garantía de futuro. Una instalación de estas características supone, así de entrada, la implantación de nuevas actividades empresariales. Desde el control y gestión de las propias instalaciones hasta el continuo ir y venir de transportes que distribuyen la carga a sus puntos de destino desde la ubicación del puerto seco y viceversa. Además, es una invitación descarada e ilusionante para la implantación de otras empresas que, atraídas por la oportunidad de negocio, no sólo logístico, pueden suponer un importante incremento de oferta de empleo para Villena y por tanto, una oportunidad para el crecimiento económico y la, no menos importante, diversificación económica e industrial.
Si contamos, además, con suelo industrial suficiente, podríamos estar en la antesala de la transformación de Villena, colocando a nuestra ciudad como punta de lanza de la economía provincial. Si esto llegase, nunca mejor dicho, a buen puerto, sueño con el momento en el que tres o cuatro industrias importantes se establezcan en nuestra ciudad. En mis sueños se trata de industrias que den alrededor de 300 puestos de trabajo directos, no sabría cuantificar cuántos indirectos. ¿Imaginan una oferta de empleo sólido para 1.500 villeneros? Pensando en nosotros, pero sobre todo en nuestros hijos, me ilusiona este proyecto que, de momento, no deja de ser un boceto.
Pensando en dicho Puerto Seco, me planteé el tema de las vías. El potencial de transporte de mercancías que tiene el ferrocarril es inmenso, la ubicación exacta del puerto seco determinaría cual es la verdaderamente buena solución, el soterramiento o el alejamiento. Aventurarse ahora a dar una opinión con esta nueva perspectiva es arriesgado e inútil, sin embargo, teniendo en cuenta que lo que se avance con el puerto seco y lo que se avance con el tema de las vías perdurará en Villena más allá que cualquier equipo de gobierno, propongo que todos nos arremanguemos, dispuestos a trabajar, en pos de alcanzar un consenso en la defensa de los intereses de la Villena del futuro.
Si tenemos las mejores fiestas de moros y cristianos, si tenemos los mejores recursos naturales, si tenemos la mejor ubicación geográfica
trabajemos juntos para tener la mejor Villena de la historia.