Historia

Unas 20 personas trabajan en la campaña de excavaciones arqueológicas del Cabezo Redondo

Como cada verano, un grupo de estudiantes y licenciados de las Universidades de Alicante, Valencia y Murcia especializados en Arqueología han comenzado los trabajos de excavación en el poblado prehistórico del Cabezo Redondo, datado en la Edad del Bronce (1.500 a 1.000 a. C.). Este año las excavaciones, que comenzaron el 2 de julio, se han adelantado casi un mes respecto a ediciones anteriores, por lo que también las XII Jornadas de Puertas Abiertas del Cabezo Redondo se realizarán antes, concretamente el fin de semana de 21 y 22 de julio.
Mauro Hernández, director de las excavaciones, explicaba sobre el terreno, que los trabajos están en un punto intermedio y es de esperar que durante los 10 días que quedan hasta las jornadas se produzcan nuevos hallazgos. Este año se han abierto tres espacios nuevos, como continuación de los estudiados anteriormente, decía el catedrático de Prehistoria.

Uno de ellos es la zona en la que en 2006 se encontraron una especie de hornos, que se intentará verificar si lo son y están asociados a una serie de muros que se conservan en buen estado. Otro espacio se sitúa junto al lugar en el que se hallaron varios muros superpuestos que sufrieron un incendio de grandes dimensiones (por lo que se observan carbones, tierra y madera quemadas). Allí han seguido apareciendo abundantes fragmentos de huesos de animales de gran tamaños –bóvidos, équidos y cabras– y gran cantidad de fragmentos cerámicos que esperan poder reconstruir. Por último, se ha abierto otro espacio para intentar comunicar la zona del yacimiento que excavó el descubridor del poblado, José María Soler, con la zona nueva. Además de estos restos, que se han encontrado en las capas superficiales del suelo, en lo que va de excavación se han hallado algunos instrumentos para afilar punzones.

Deterioro del yacimiento
Se está aprovechando esta campaña para consolidar de manera provisional algunos lugares que la erosión –causada por las lluvias, el viento y la nieve– está deteriorando, al ser un poblado al aire libre y sin techumbre. En un principio se está reconstruyendo, con las mismas piedras que la lluvia y el viento han arrastrado, una rampa que comunica las casas situadas a diferentes alturas. En este sentido, el arqueólogo señalaba que las numerosas estructuras de barro localizadas en el yacimiento sufren mucho con estos fenómenos meteorológicos, por lo que el restaurador que trabaja en las excavaciones se encarga de reparar lo que se puede.

Restauración
Según comentaba Mauro Hernández, la Generalitat Valenciana está estudiando la posibilidad de restaurar el poblado, en una actuación en la que se podrían unir todas las zonas que ya han sido excavadas, tanto las abiertas por Soler como las de los últimos años. La Directora General de Restauración ha mostrado mucho interés en la restauración del poblado que serviría de modelo a la consolidación de otros yacimientos, aseguraba. No obstante, por el momento, el gobierno autonómico –que es propietario del yacimiento– sigue subvencionando la excavación con 10.000 euros, la misma cantidad que en los últimos años.

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