Unidos por Villena

¿Lo recuerdan? La primera española nacida este año, a las 00.02 horas del 1 de enero del 20-20, hija de villenero y villenera, cuyos padres posaron flamantes para los medios en la habitación con la gerente del Hospital al que pertenece nuestra ciudad, villenera por los cuatro costados, lo hizo en Elda. Porque Villena no tiene hospital. Ni lo tendrá.

No culpo a nadie. Pero aquí estamos. Ejerciendo una extraña capitalidad comarcal. El Alto Vinalopó es la única comarca de la provincia de Alicante sin hospital. Si exceptuamos el caso de Cocentaina-El Comtat, que en realidad casi forma una conurbación con Alcoy.

Cuando mi amigo Román Francés Berbegal, alma del Tractat d´Almizra, incluye en los carteles anunciadores que edita a Camp de Mirra en la comarca de L´Alcoià, lo hace de un modo natural, puesto que la lengua materna, motivo de la representación, lo marca todo.

Pero resulta curioso que este gobierno tripartito del Consell que reniega de las provincias, y para el que solamente existen las comarcas, deje abandonada a su suerte a la del Alto Vinalopó. En tantísimas situaciones. Antes de la epidemia que marcará nuestras vidas y las de nuestros municipios, hemos vivido una batalla dialéctica entre poblaciones del Vinalopó por el destino final del denominado Puerto Seco. Que se quede en Villena o en Elda todavía está en el aire.

Lo único cierto es que tras este cambio de paradigma que supone la pandemia va a llegar una época de vacas flacas. En la que, ya se sabe, los débiles serán quienes más se resientan. Alicante, siempre tan frágil en medio de dos capitales autonómicas, lo va a pasar muy mal. La periferia de la periferia, caso de Villena, va a salir tocada. De ahí que sólo quede hacer piña. Todos a una. También cuando finalice el estado de alarma, sin colores políticos, en defensa de nuestra ciudad.