Vaya con la Valla
¡Menuda se ha montado a cuenta de la valla que los vecinos de Villena instalaron el viernes denunciando la situación que tiene nuestra ciudad con el tema de la droga! Lo más sorprendente es que, al cabo de pocas horas de su instalación, alguien decidió que dicha valla se retirase, siendo más exactos, alguien ordenó que fuese retirado el mensaje en el que se podía leer Villena, ¿un tesoro?, adornado con imágenes alusivas al consumo de drogas.
¿He dicho que esto era lo más sorprendente? Bueno, pues no, lo más sorprendente es que no se sabe, al menos oficialmente en el momento de escribir esta columna, quien fue la persona que dio esa orden. La alcaldesa de la ciudad negó, según cuentan los medios, que dicha orden saliese del ayuntamiento respondiendo y desmintiendo así a muchas personas que habíamos prejuzgado el origen de la misma.
Es menos sorprendente, aunque bastante significativo, que paralelamente saliesen numerosos opinadores, sobre todo en los foros de los periódicos digitales, atacando, calumniando y mil barbaridades más a los responsables de la instalación de dicho cartel en la mencionada valla. Algunos, incluso, con vínculos más que próximos al ayuntamiento, lo cual no es ni bueno ni malo, sino todo lo contrario. Tan sólo que transmite una imagen bastante negativa del conjunto, una imagen que viene a resultar, por desgracia, representativa.
La dichosa valla hizo reaccionar a todo el mundo, a unos porque nos pareció una brillante idea y a otros y otras porque les obligó a sacar la cabeza de debajo del ala. Es, por tanto, un exitazo rotundo para sus promotores porque nunca un cartel ha movilizado a tanta gente en tan corto espacio de tiempo, esas escasas 3 horas que estuvo visible.
Al final, de lo que se trata es de que nuestra ciudad frene esta carrera que ha iniciado en su degradación y para ello es necesaria la participación y colaboración de todos, especialmente de quienes tienen responsabilidad de gobierno y poder de decisión. Las asociaciones vecinales, las afines y las independientes, también las contrarias, han hecho lo que debían, manifestar su inquietud, una inquietud compartida por todos excepto por algunos acólitos sobre lo mal que se está poniendo el asunto de la droga en Villena y lo peor que puede llegar a ser para todos.
De todo el historial de esta polémica, nos debería quedar a los ciudadanos la sensación de que se nos oculta la información verídica, que nos enteramos de lo que nos enteramos, que no es, en absoluto, todo lo que deberíamos saber. ¿Quién mandó quitar la valla? Por higiene democrática deberíamos saberlo.
Por lo demás, parece ser que se van a emprender acciones para rectificar la tendencia actual, ¿por qué hemos tardado tanto? Es una buena pregunta cuya respuesta, de nuevo prejuzgando, podría decir que podría estar en la línea de tener la cabeza puesta en otros proyectos glamorosos y no en los que realmente vive la ciudad.
Por mucho que le pese a algún que otro asesor, por mucho que me tachen ahora de sociata, pienso que la dichosa Plaza de Toros nos tiene desviada la atención de lo que de verdad importa al ciudadano. El largo plazo está descuidando el día a día y eso es malo, malo hasta el punto que puede derrumbar las ilusiones de toda una ciudad. Así que quien tenga tan cortas miras como son las electoralistas, que se aplique el cuento, porque los dos años que quedan pasan muy, muy rápido y la sensación negativa que empieza a reinar en Villena, puede tardar mucho más en desaparecer que lo que queda de legislatura.