Cultura

Villena 15M

La segunda fue en el Paseo Chapí, el viernes a las ocho de la tarde. Allí nos reunimos más de cien (no sé hasta qué punto doscientas) personas. Todas seguidoras del desarrollo del movimiento Democracia Real Ya en los distintos puntos de nuestro país. Todas concentradas de forma espontánea, atentas a cualquier propuesta de organización, de iniciativa, para comenzar a manifestar nuestro apoyo al movimiento y nuestra reivindicación personal frente a una situación que nos parece injusta. Personas con diferentes edades, situaciones, problemas, sexos e ideologías unidas contra injusticias obvias en su gran mayoría.
Que quienes elegimos para representarnos deben representarnos, que quienes elegimos para defendernos deben defendernos; que quien nos representa debe defender nuestros derechos naturales, básicos, fundamentales, a cualquier estructura económica (tiempo atrás diríamos simplemente frente a quienes los vulneran), de forma positiva. Que si quien nos representa nos ignora, traiciona o roba debe rendirnos cuentas por ello. Que tenemos necesidades y problemas en nuestra sociedad que deben ser resueltos. Que no vemos que nadie, que no vemos que nada, en que invertimos nuestro dinero sirva para solucionar necesidades y problemas.

Son algunas de las causas que llevan a muchas personas a exigir una Democracia Real. Un movimiento que no va en contra de ningún partido político, que no va en contra de la Constitución ni del Sistema. Más bien exige que se aplique el Sistema, que se haga uso de la Constitución y que la clase política haga su trabajo: que se aplique la Democracia.

Democracia Real Ya se erige por el momento como un movimiento que no necesita ni ideario político, ni líderes. Porque de forma pacífica y colectiva busca la seriedad en el uso de nuestra democracia, la seriedad en la ratificación de sus principios. Por eso no hacen falta líderes, porque es una suma de voces que se duelen, que exigen el cumplimiento de nuestros derechos y de nuestros deberes. Por eso no entendemos que la clase política nos represente con personas imputadas en algún delito, o que las ampare; no entendemos que la gran mayoría de delitos prescritos por la Justicia se refieran a personalidades políticas o financieras. No entendemos por qué la Justicia y la Política están relacionadas, y que los Medios de Comunicación nos informen sin vergüenza ni recato de que tal o cual caso será tratado de una u otra forma según la composición del Tribunal que lo juzgue.

No se trata de votar a, no votar, o votar en blanco. Se trata de indignación y cansancio provocados por el modo en que quienes nos representan hacen funcionar nuestro país, nuestras autonomías, nuestras provincias y nuestras ciudades. Se trata de poner las cosas en su sitio, de que en conjunto trabajemos por el bien común, por la coherencia de nuestro sistema y por nuestra libertad y derechos frente a imposiciones llegadas desde estructuras económicas o de países más o menos “amigos”.

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