Villena deja de ser solidaria
Todos sabemos y estamos orgullosos de que Villena sea una ciudad solidaria. No es algo que digamos por decir, sino que lo podemos comprobar por el itinerario que llevamos en distintos ámbitos, pero sobre todo en lo que concierne a la Cooperación Internacional.
Desde hace varias legislaturas se está destinando parte de nuestro dinero municipal en ayudas al desarrollo tanto para proyectos como para emergencias, con la necesaria partida presupuestaria.
En estos años, y con la ayuda de gran parte de los ciudadanos de Villena, que colaboran de una u otra forma en asociaciones de distinta ideología pero con un mismo objetivo, se ha logrado distribuir de forma racional este dinero. Han sido muchas las horas dedicadas a este trabajo y eso lo sabéis muchos de los que leáis esta nota, porque habéis estado allí de forma voluntaria. Se ha conseguido entre todos crear un baremo acorde con las iniciativas de las asociaciones y avalado por el ayuntamiento. En muchas partes del mundo suena el nombre de nuestra ciudad porque hemos estado allí colaborando con aquellos que más lo han necesitado.
Por eso, después de tantos esfuerzos y tantas alegrías cada vez que hemos conseguido mejorar, es un jarro de agua fría la noticia de que el Ayuntamiento niega, sin una explicación convincente, una ayuda a los damnificados por el terremoto que sufrió Perú el verano pasado. Siempre he pensado que el ayuntamiento somos todos, y que los procesos que en él se gestan, si existe una forma de hacer las cosas que ha funcionado y que se ha mantenido a lo largo del tiempo con el trabajo de todos, no se puede cortar así como así. Pero me doy cuenta de que estaba equivocada y siento miedo al pensar que éste es el camino que están tomando nuestros políticos, que en un solo día, con una decisión no motivada, tiran por tierra la apuesta por la solidaridad que la población de Villena ha mostrado a lo largo de tanto tiempo. Creo que sería el momento de plantearnos a quién representan y si sirve tanta educación transversal en valores cuando las personas que nos representan han perdido la percepción global del mundo y se excusan en los mínimos daños sufridos por nuestra ciudad con las lluvias para dejar de lado la tragedia humana que se ha vivido en Perú con el terremoto negando una ayuda necesaria.