Música

Villena Pop Night llega a nuestra ciudad para quedarse

La alianza de Villena con la empresa promotora Sufriendo & Gozando se consolida y sigue aumentando. Hace dos años teníamos el honor de ver nacer en Villena un nuevo festival, Rabolagartija, que se sumaba a otro más veterano, como Leyendas del Rock. Y el viernes por la noche llegó, para quedarse si no cambian las circunstancias, Villena Pop Night.
La primera edición del festival dedicado a la música pop nacional era una “prueba piloto”, una oferta lanzada para comprobar la capacidad de respuesta de un público diferente al que suele buscar Sufriendo & Gozando, y el público respondió. No masivamente –llenar la plaza son palabras mayores para cualquier evento–, pero sí en número suficiente como para que, además de haber un ambientazo, valga la pena redoblar la apuesta y volver el año que viene con un formato similar y otros grupos de la llamada “Edad de oro del pop español”.

Alrededor de 1.500 personas se dieron cita en un evento marca de la casa, con una organización perfecta, equipos de luz y sonido de primer nivel y un estricto cumplimiento de los horarios. Solo faltaba en la ecuación para que la noche fuera perfecta que los grupos respondieran, y vaya si lo hicieron, empezando por El Último Tributo, que dejó a los presentes con la boca abierta por su perfección y semejanza a la hora de acometer el repertorio más conocido e inmortal de El Último de la Fila. Ni lo temprano de la hora fue excusa para que muchos fieles tomaran la plaza desde el minuto uno, para disfrutar con las melodías de un pedazo de historia viva de nuestra música más querida.

La Guardia tomó el relevo a continuación, desgranando un repertorio festivo y a ritmo de rock en el que no faltaron, para alegría del público, clasicazos como “Mil calles llevan hacia ti” o “Cuando brille el sol”, repartidos de modo que completaron un conjunto muy uniforme que agradó a todos los presentes. Al contrario, Danza Invisible prefirió concentrar sus canciones más conocidas –por supuesto no faltaron “Sabor de amor” y “A este lado de la carretera”– en la parte final, por lo que su actuación fue de menos a más. No obstante, para eso están las tablas, porque la falta de contundencia y estribillos a corear al principio fue suplida con creces por el saber hacer y estar de un Javier Ojeda inconmensurable, cercano y animando en todo momento, y que supo meterse al público al bolsillo de inmediato.

Para finalizar, otro guiño para la nostalgia –muchos estuvimos en el famoso concierto de Celtas Cortos en Villena Rock a comienzos de los 90– y un brindis por el futuro, pues los vallisoletanos, con nuevo disco en la cartera, han vuelto a la carretera a celebrar su 30 aniversario, 30 años de carrera de uno de los grupos más exitosos de la historia de nuestro país, que revolucionó la escena con una mezcla de folk y música celta, no exenta de crítica social en sus letras, y capaz de poner a bailar hasta al apuntador. “Haz turismo”, “Tranquilo, majete”, “20 de abril”, “Cuéntame un cuento” y demás se sucedieron sin descanso ante un público agradecido que coreaba todas y cada una de las canciones al ritmo que marcaba el maestro de ceremonias Jesús Cifuentes, y que abandonó la plaza con una sonrisa de oreja a oreja poco después de las dos de la noche satisfecho con el espectáculo y, en muchos casos, con ganas de más.

En definitiva, un examen pasado con nota para el primer Villena Pop Night, que salvo imprevistos tendrá continuidad el próximo año y que espera, poco a poco, ir consolidándose como otro evento fijo en el calendario musical de una ciudad, Villena, que cada vez más respira música por sus cuatro costados. Enhorabuena a todos los que lo hacen posible.

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