Cartas al Director

Villena, una sucia ciudad plena de idiotas

Según llevo observando durante bastante tiempo, Villena es una ciudad sucia con la particularidad de que su suciedad no es constante, sino esporádica, y no se ve sino que se siente. Me explico:
Suciedad no es sólo ver papeles por las calles, excrementos de animales o contenedores de basura llenos de ella a mediodía –que de todo eso tenemos, por cierto, y en cantidad suficiente–. También suciedad es lo que gratuitamente nos ofrecen ruidosas motos cuando recorren las calles de Villena a manera de un circuito de velocidad. Cuando tengo el infortunio de pasar cerca de algunas de ellas, llego a algunas conclusiones:

Ser benévolo y, como mínimo, definir como un completo idiota –etimológicamente, ciudadano con derechos que no se ocupa del bienestar general, sino de los suyos propios– a quien conduce la dichosa motocicleta. Son chavales –todavía no hombres– que, a pesar de que no pueden votar, saben perfectamente que lo que hacen está mal pero les importa un bledo si están quebrantando la ley, aunque, eso sí, huyen de los controles policiales y, a manera de guerrilleros urbanos, avisan, vía móvil, a sus colegas.

Mentar a su familia que tanto debe quererle por haberle permitido –¿con merecimiento?– tener una moto que no corre mucho pero hace que, a su paso, todo el mundo se ponga de los nervios. Me llego a preguntar si realmente el padre o la madre del "prota" saben que su hijo tiene una moto que ensucia ruidosamente la ciudad –si fuera, así, este grado de ignorancia me parecería grave– o, quizás, lo saben pero no han hecho nada para impedirlo –lo que considero todavía más grave, puesto que demostraría que su educación cívica es nula; es decir, otra pareja de idiotas–.

Acordarme de la eximia labor de la concejalía de Policía y de los miembros de ella y cuestionar seriamente su labor en pos de conseguir una ciudad más limpia. Tengo la suficiente experiencia con equipos de gobierno anteriores a éste y puedo afirmar que no existe voluntad política decisiva para atajar en gran manera este asunto. Sacar una patrulla motorizada –como han hecho– a la búsqueda y captura de infractores no es suficiente. Existen épocas muy definidas durante todo el año –el verano es una de ellas–, días –principalmente, viernes por la tarde y sábados enteritos– y calles concretos –Navarro Santafé, Avenida Constitución, San Sebastián…– donde hartarse de incautar incívicas motos. Pero esto no lo tengo que informar; es de dominio público.

En fin, toda una sucesión jerárquica de dejadez e impunidad generales que convierten a la ciudad de Villena en una ciudad sucia con idiotas para dar y vender.

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