No es que Francesc Capdevila pensase que para qué afeitarse si íbamos a acabar llevando mascarilla en casi todas partes. Los que vienen siguiendo al autor que firma como Max saben que desde mucho antes de saber que íbamos a sufrir una pandemia se venía dejando una barba que puede rivalizar con la de Alan Moore como una de las más frondosas del noveno arte. Pero sí es posible que lo de no rasurarse el rostro le deje algo más de tiempo libre como para ser uno de nuestros autores más prolíficos, a la par que uno de los más aplaudidos: no en vano puede presumir de ser el I Premio Nacional del Cómic gracias a su obra Bardín, el superrealista.
En cuanto a su abundante producción, el último título en sumarse a ella estos días es Manifiestamente anormal, un panfleto (y catarsis, como reza su subtítulo) tan breve como suculento. La obra, editada en un formato tan poco habitual en la historieta de autor como la grapa (y menos en estos tiempos en que solo se piensa en la dignificación del medio), fue realizada durante el período de confinamiento, y responde a la necesidad de exorcizar unos demonios interiores que responden a los nombres de Descontento y Rabia. Para ello, el padre de Peter Pank materializa un nuevo álter ego que le sirve no solo para reflexionar sobre la crisis sanitaria mundial y las medidas tomadas para paliar sus efectos, sino también para aproximarse con ironía no exenta de autocrítica a su propia obra. El resultado es un cómic de gran interés y del que no conviene caer en el error, muy fácil dada su brevedad, de considerarlo un título menor dentro de la obra de su autor.
Otro que tampoco se afeita demasiado, y que también aprovechó con excelentes resultados el arresto domiciliario de hace unos meses, es Álvaro Ortiz... al que les aseguro no me une ningún vínculo familiar aunque en redes sociales hayamos dicho que somos primos en más de una ocasión y algunos internautas se lo hayan podido creer. Quienes siguen su evolución saben que, aunque es autor de novelas gráficas de corte más sobrio como Cenizas o Murderabilia, el zaragozano es un autor con un marcado sentido del humor. Un sentido del humor que se ha plasmado en su nueva propuesta: El murciélago sale a por birras, publicado en principio como webcómic por entregas en redes sociales y que ha sido recientemente recopilado en un volumen que les recomiendo con entusiasmo.
Relato paródico de un sosias de Batman en tiempos de pandemia, el presente título relata las andanzas de este (anti)héroe enmascarado en busca de su socorrida dosis de cerveza; y para ello el autor recupera el trazo sencillo pero profundamente expresivo que tan buenos resultados le da y ese registro coloquial que resulta tan efectivo desde que el maestro Ivà hiciese uso de él en sus inolvidables Makinavaja o Historias de la puta mili. Sin lugar a dudas, estamos ante el cómic más divertido del 2020; y ya les vaticino que cuando llegue enero no aparecerá en las listas de los mejores del año solo y exclusivamente porque los críticos y los lectores especializados menospreciarán, o menospreciaremos, el humor una vez más.
Quien intuyo que sí se afeitará a menudo, pero que pese a ello no deja de ser fiel a su cita con los lectores, es David Ramírez, autor que a partir de su experiencia propia nos ofreció primero Tal cual y ahora Conviviendo 19 días. Este último título, reflejo de su vida en pareja con alguien enfermo de coronavirus, se suma así a la insigne tradición de cómics sobre enfermedades que aglutina títulos que ya son clásicos contemporáneos del noveno arte como Epiléptico de David B., Píldoras azules de Frederik Peeters o Arrugas de nuestro Paco Roca. No obstante, y manteniéndose fiel a su estilo, Ramírez toma un camino mucho más humorístico que los mencionados; si bien la realidad se termina imponiendo y este Conviviendo 19 días manifiesta un tono algo más solemne que el anterior Tal cual. Con todo, el mensaje general que se destila de su muy reconfortante lectura es positivo; lo cual se agradece en estos tiempos de drama e incertidumbre.
En resumidas cuentas: se trata de tres lecturas que se me antojan muy recomendables y que no deberían dejar pasar. Mi consejo es que compren las dos primeras -porque la de Ramírez todavía no se ha recopilado en papel, aunque la intención es hacerlo en breve- antes de que se agoten... o de que nos encierren otra vez y no puedan acudir a su librería más cercana. En este último caso, que esperemos no se llegue a producir salvo que sea estrictamente necesario, les aseguro que su lectura hará que ese hipotético segundo confinamiento les resulte bastante más llevadero.
Manifiestamente anormal y El murciélago sale a por birras están editados por La Cúpula y ¡Caramba! (Astiberri) respectivamente; Conviviendo 19 días está disponible en las cuentas de Twitter e Instagram del autor.