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Sí señoras, sí, así como yo se lo estoy contando me lo contaron a mí la otra tarde. Los seiscientos euros de marras son los que se ha gastado nuestra señora alcaldesa en hacerse fotos. Pero no vayan a creerse que se los ha gastado de su bolsillo, los vamos a pagar, o los habremos pagado ya, todos los seres humanos que vivimos en esta noble ciudad y que estamos en la edad y tenemos capacidad de pagar impuestos.
Seguramente muchas de ustedes se preguntarán, ¿y qué más da?. A mí, en el fondo, me la trae un poco floja que la alcaldesa se gaste cien mil pesetillas en hacerse fotos, a fin de cuentas es lo de menos; aunque digo yo que con tantos ayudantes que tiene, bien le podrían hacer las fotos en vez de tener que llamar a uno de fuera. Porque no me dirán que no tiene gracia la cosa: resulta que la alcaldesa se puede permitir tener un pintor de la corte, al que le pagamos todos los meses sin que todavía hayamos visto los cuadros que le debe haber pintado en todo este tiempo, y no se puede permitir tener un fotógrafo en la Alcaldía que nos evite gastarnos esos seiscientos euros. Pero es que además le evitaría a la señora alcaldesa tener que salir del despacho, o de su casa, para irse al estudio del fotógrafo a que le haga las fotos. Digo yo que a fin de cuentas un ayudante más o menos tampoco tiene tanta importancia, y seguro que entre los amigos y familiares de la alcaldesa seguro que hay alguno que tiene gracia para hacer las fotos. De esta manera nosotras también saciaríamos nuestra curiosidad, porque si fuera alguien de confianza quien le hiciera las fotos, seguro que alguna se la haría en el salón de su casa. Así podríamos saber por ejemplo, de qué color tiene las cortinas, o qué tipo de muebles tiene, si clásicos o modernos.
De esta guisa eran nuestros comentarios cuando la del tercero como siempre− nos aportó alguna información de la que no disponíamos nosotras; aunque la del primero, en cuanto la del tercero empezó a hablar, hizo mutis por el foro y se metió en su casa. Al parecer los seiscientos euros en fotos no son únicamente para que la alcaldesa tenga un estupendo recuerdo de su primer año de mandato, ni tampoco van a servir para que cuando en los barrios hacemos las fiestas, nos manden una foto de Celia para el programa. Las fotos, según nos contó la del tercero, son para repartirlas en las oficinas que son del ayuntamiento y colgarlas con un marco y todo. En cuanto terminó de contárnoslo, todas a la vez le dijimos, venga Ana, no digas tonterías. Pero no, amigas, no era ninguna tontería, nos lo aseguró ni más fundada. Según nos contó, los asesores y familiares ya se han colgado las fotos de Celia en las paredes de sus despachos y nos lo demostró con una foto del móvil que le habían pasado.
Efectivamente allí estaba ella colgada en la pared ni más elegante. Enseguida empecé a pensar y a temerme lo peor, porque seguro que a alguno de los que tiene alrededor se le ocurre enseguida que ya que se han puesto, con un poco más mandan marcos con fotos de la alcaldesa a todas las escuelas, para que la pongan al lado de la foto del Rey.
Digo yo que ya que se ponen, en vez de fotos tan pequeñas podrían haber puesto fotos más grandes, como las de las vallas de las elecciones, por decir algo.