Verdes

8M. Si nosotras paramos, se para el mundo

Los Verdes de Villena ante la jornada de huelga feminista del 8 de Marzo

¿Cómo es posible no ser consciente de la carga de trabajo que exige la gestión de la vida? Parece una paradoja que aquello que sostiene nuestras vidas no tenga valoración y reconocimiento. No obstante…

Un año más, el movimiento feminista convoca a todas las mujeres para la huelga general del 8 de marzo. Un día de reivindicación e invitación a la reflexión colectiva. Un día de promoción de la (in)visibilidad y valoración del trabajo que realizan las mujeres en todos los ámbitos. Un día que denuncia la falta de compromiso de la sociedad a colaborar y responsabilizarse de modelos de gestión de vida más igualitarios y sostenibles ecológicamente los 365 días del año.

Por ello, la huelga se articula en torno a cuatro ejes: laboral, de consumo, de cuidados y educativa/estudiantil porque “Si nosotras paramos, se para el mundo”.

-En el ámbito laboral, sobre las mujeres recae el peso de la precariedad y la desigualdad económica: Brecha salarial del 23% en 2018 y de pensiones; El 70% de personas con el salario mínimo interprofesional son mujeres; Las jornadas laborales a media jornada las ocupan las mujeres (el 23,1% de mujeres españolas que trabajan media jornada lo hacen por obligación, frente al 10,1% de los hombres).

-Los trabajos cotidianos de cuidados siguen invisibilizados, despreciados, no reconocidos y, en el ámbito del hogar, no retribuidos, naturalizados y normalizados. Y así ocurre con los trabajos que realizan cotidianamente millones de mujeres en todo el mundo para mantener las vidas: Las mujeres dedicamos más del doble de horas al trabajo doméstico no remunerado; El 98% de empleados domésticos son empleadas domésticas. Se ensalza la maternidad y la crianza pero se nos penaliza en el mercado laboral. Se ocupan de las personas dependientes, enfermas y mayores en mayor medida, asumiendo las consecuencias de los recortes en dependencia, sanidad y educación y la no asunción de responsabilidades de gran parte de la población.

-La huelga de consumo insta a abstenerse a consumir todo lo que no sea imprescindible ese día. Igualmente, se plantea el diseño e implementación de estilos de vida colectivos más sostenibles y de consumo responsable con nuestro planeta. La reorganización de nuestro consumo, poniendo en valor la ecodependencia existente y las “obligaciones que comporta ser especie y tener cuerpo.”

-Con la huelga educativa/estudiantil, se denuncia el “conocimiento amputado”, en libros de texto: en todas las asignaturas de ESO sólo el 7,5% de apariciones son de mujeres; Aunque el 58% de los titulados universitarios son mujeres. Sólo, el 22% de catedráticos son catedráticas y el 13% de rectores de universidades públicas son mujeres.

Por todo ello, demandamos unos trabajos cotidianos de cuidados de responsabilidad social compartida y (re)distribuida. Por modelos de consumo sostenibles y responsables con el medioambiente. Por ámbitos laborales accesibles, sin techos de cristal y facilitadores de la conciliación familiar. Por un ámbito educativo que visibilice a las mujeres a lo largo de la historia, promocione a su alumnado sin distinción de género y siembre imaginarios inclusivos y desde la diversidad, el respeto mutuo y el cuidado como el centro de la vida. Por la construcción de una vida sin violencias machistas, sin feminicidios, sin violaciones y por el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres y las niñas.

A todes: compañeras de trabajo, jefas, maestras, compañeras de clase, a nuestras vecinas, amigas, hermanas, madres, abuelas, a las compañeras trans, migrantes, mujeres con diversidad funcional, a todas aquellas que aún no conozco… ¡#8M, a la huelga!

* Datos de: Herrero, Y. Pascual, M. y González Reyes, M. (2018). La vida en el centro. Voces y relatos ecofeministas (2ª ed.). Madrid: Ecologistas en Acción.

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba