A Pepe Martínez Ortega

Querido Pepe: Desde hace unos años y hasta tan solo hace semanas, he tenido la dicha de comunicarme contigo por Whatsapp y alguna que otra llamada telefónica.

Recuerdo cuando coincidí contigo y con tu padre en una de las salas del tanatorio en el que por unas horas van a reposar tus restos. Fue por el fallecimiento de algún conocido mutuo, cuyo nombre estos momentos no recuerdo.

Tu padre, anciano y apoyando en su sencillo “gayato” sus trabajados huesos de agricultor, formuló ante el féretro del finado la siguiente alocución. “¡Hay que ver qué poca distancia nos separa, de aquí a ahí adentro; tan solo un cristal!”.

Durante las últimas dos semanas, las circunstancias me han permitido visitarte en tu habitación del hospital, donde tus hijas, hijos y yernos no te han dejado solo ni un solo instante. Todavía consciente, esbozaste una sonrisa cuando te recordé el tamaño de los mejillones de la “latica” y cerveza con la que amablemente me obsequiaste en una de las dos ocasiones que visité tu sencilla y acogedora casa en la que vivías en Peña Rubia.

Has sido, Pepe, con tus luces y tus sombras, como todos, una de las personas que con su comportamiento han dignificado la Política en Villena.

El Gabinete de Desarrollo Económico; el Consejo Económico y Social; tu conocimiento y lucha contra la explotación de nuestros acuíferos en Villena... jalonan, entre otras muchas iniciativas, la huella que dejaste en tu paso por las concejalías de Agua, Economía y Obras. También fue tuya la paternidad del proyecto del “Vial de Circunvalación de Villena por Las Cruces”.

En materia de Comercio Exterior, nos acompañaste a Dublín en la que sin duda fue la vez en que un mayor número de empresas de Villena han expuesto su Calzado Infantil en una Feria Internacional Exterior. El Embajador de España en Irlanda y su Señora visitaron por separado nuestros stands en el certamen y nos agasajaron en recepción oficial, en la mansión sede de la Embajada de España. Allí ostentaste, como concejal, la representación del Ayuntamiento de Villena.

Durante tus años en la Política no permitieron, en cambio, que pudieses ejecutar el “Paso subterráneo en la Calle de La Virgen” para sortear las vías del ferrocarril ni el Centro Comercial de Bulilla.

Recuerdo también tu inicial oposición al proyecto de El Salvador puesto en marcha por el Salesiano Pepe Moratalla. Acompañé a Moratalla a una reunión que mantuvimos los tres en la que, tras horas de apasionado debate, quedaste convencido de la bondad de aquella iniciativa, hoy todavía viva desde 1985.

También tuviste ocasión de comprobar la dificultad de ser empresario cuando, junto a unos compañeros, os lanzasteis a poner en marcha una pequeña empresa productora de calzado.

No has sido un político al uso, Pepe, y eso es lo que no te perdonaron algunos de los “propios” y algunos de los “extraños”. Para ser políticamente correcto, también algunas de las “propias” y de las “extrañas”. Pues como reza el refrán, “no hay peor cuña que la de tu propia madera”.

¡Manda narices, Pepe! que, tras jugártela en la Dictadura, hayas tenido que seguir luchando por la Democracia, también en el transcurso de esta última etapa.

Como muchas/os paisanas/os, quienes nos consideramos parte de “la Mayoría Silenciosa”, te venían doliendo España, la Comunidad Valenciana y tu ciudad. El separatismo, la imposición de la lengua, la mentira, la incoherencia, la falta de valentía… De toda esta quimera, has dejado constancia en los escritos y grabaciones de Whatsapp que has venido enviando a tu círculo más íntimo.

Descansa en Paz, Pepe, con la tranquilidad de que los ciudadanas/os que hemos tenido la suerte de tratarte y apreciarte, seguiremos luchando por salvaguardar aquello por lo que tú y otras muchas personas os la jugasteis.

Por: Joaquín Marco Amorós