Adelgazar toreando y disfrutando
Es imposible encontrar a un matador de toros con sobrepeso. Antes al contrario, tienen una planta muy peculiar que les impide pasar desapercibidos aunque vayan por la plaza del pueblo dándose una vuelta y es normal que vuelvan locas a las mujeres cuando son capaces de despertar tanta admiración en los hombres a los que no nos gustan los hombres.
Torear dos toros equivale a correr una media maratón y durante la lidia un diestro puede llegar a perder varios kilos de peso y eliminar un botijo de sudor. El toreo de salón es un disfrute al alcance de todos y también supone un excelente ejercicio físico, pero no es lo mismo porque no se pasa miedo y son muchas menos las calorías que se queman. Aunque ambas facetas son saludables, hagan la prueba si tienen ocasión y verán la diferencia que hay entre torear delante de un toro o delante de un espejo.
Con respecto a otro de los grandes placeres de la vida el mejor junto con los toros y la gastronomía sucede tres cuartos de lo mismo en función de las posturas, la duración, las calorías que haya para quemar y el nerviosismo que se vaya liberando, porque no es lo mismo que tu esposa te pida que le desabroches el sujetador o que un día te lleves una sorpresa en la oficina y la secretaria se abalance sobre ti desabrochándose y desabrochándote.
Los movimientos pélvicos, la aceleración de los latidos cardíacos, vasodilatación, se acelera la respiración, contracciones y espasmos musculares que suponen un estupendo gasto de energía. Haciendo una estimación -más o menos basada en criterios nutricionistas- se podría afirmar que en una relación sexual de unos veinte minutos se consumen unas ciento cincuenta calorías, lo que no deja duda de que puede considerarse como una actividad beneficiosa para la salud y para adelgazar, entre otras cosas.
El gasto energético se incrementa cuando sobrevienen imprevistos como un sujetador que se atasca, un merengue que no sube o cuando las relaciones tienen lugar con la amante. Cada vez que te sorprenda uno de tus hijos durante el acto con tu cónyuge perderás unas trescientas calorías, pero si quien te sorprende es el conyugue de tu amante el consumo calórico se incrementará en más del doble. Además, si tras esto optas por quedarte callado aguantando el soponcio sólo gastarás noventa calorías, mientras que si optas por tratar de explicar que no es lo que parece llegarás hasta las doscientas y pico. Desde el punto de vista del adelgazamiento lo más recomendable en estos casos es salir pitando mientras te vas vistiendo y así quemarás en un momento nada menos que ochocientas calorías.
En las previas se come poco y nada mientras se torea o se ama, así que sumando y sumando durante una tarde de toros o un escarceo amoroso, se eliminan líquidos y toxinas, se queman calorías y se tonifican los músculos aunque pueda pasarse algo de miedo.
Precisamente por eso del miedo y para evitar carreras prefiero los toros.