Apaga y vámonos

Agua para ¿todos?

Corría mayo de 2004 cuando un intenso invierno dejó paso a la primavera. La lluvia devolvió la alegría a nuestras praderas y a nuestros sufridos campos y embalses, los pajaritos cantaban con esa alegría que sólo tienen durante el mes de las flores y los señores políticos, metidos de lleno en la campaña de las elecciones al Parlamento Europeo, florecían como setas allá donde hubiera un micro o una cámara de televisión.
Fue en aquellos momentos cuando, acompañados por el Molt Honorable Francisco Camps, a la sazón President de la Generalitat, comparecieron ante los medios D. Luis Herrero y D. José María García Margalló, candidatos por entonces a representar y defender los intereses de los valencianos –villeneros incluidos, aunque a este paso prefiero ser manchego– en Europa desde las filas de su partido, el Partido Popular. Una victoria socialista, dijeron entonces, “sería desastrosa para los intereses de la Comunidad Valenciana, porque está en juego el crecimiento de nuestra región”. Merced al respaldo de los ciudadanos, expresado en las urnas, los candidatos ganaron su escaño y corrieron a Estrasburgo y Bruselas a defendernos a cambio de un módico salario de esos con los que, Esperanza Aguirre dixit, resulta imposible llegar a fin de mes.

Y allí han estado desde entonces, señora. Cobrando por todo: salario base, asistencia a comisiones, dietas, desplazamiento, gastos de representación, prebendas, regalos y chanchullos varios, más la posibilidad de enchufar como cargos de confianza a asistentes y secretari@s, a cambio de su abnegada labor en defensa de nuestros intereses, un trabajo a decir de muchos ingrato y sordo (y visto lo visto, mudo y manco y cojo, añado yo), ya que por aquello de la lejanía apenas trasciende aquí tan visceral entrega en pro de la terreta. Y para un día que trasciende, nos lucimos.

El pasado lunes 20 de noviembre (anda que la fecha…), con seis votos a favor, cinco en contra y una abstención, la Comisión de Peticiones de la UE decidió archivar la queja presentada por la Junta Central de Usuarios contra el cambio de la toma del trasvase Júcar-Vinalopó por motivos más que conocidos. Y aunque aún no se ha producido de manera oficial, todo indica que Europa dará carta blanca al nuevo trasvase y aumentará su financiación, algo que sin lugar a dudas habría podido evitarse, o al menos replantearse, si sus ilustrísimas –repetiremos sus nombres, que queden bien claritos: D. Luis Herrero y D. José María García Margalló– hubieran tenido a bien realizar como Dios manda su trabajo en lugar de dedicarse a quién sabe qué, lo mismo a escribir un libro que a perseguir a becarias por los pasillos del Parlamento Europeo.

¿De qué ha servido tanta defensa del “Agua para todos” por parte de nuestra Generalitat? ¿De qué ha servido la constante protesta de todos los estamentos del Partido Popular –nacional, autonómico, regional y local– en defensa de una política hídrica que muchos consideramos apropiada? ¿De qué ha servido tanta manifestación, tanta fundación pagada con dinero público, tanta mala leche acumulada cuando vemos que se deroga el tan necesario trasvase del Ebro? ¿De qué ha servido todo eso si cuando existe una posibilidad real de hacer frente y vencer en las instituciones a los partidarios del Azud de la Marquesa van los eurodiputados del PP y hacen novillos? Pues por desgracia no ha servido para nada, excepto para poner en manos del PSOE un argumento demoledor que tira por tierra –y con razón– años de trabajo del Partido Popular y la mayoría de los regantes y agricultores de nuestra provincia. Hay que ser inútil.

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