Vida de perros

Algunas sobre Tráfico

Me sorprende la noticia acerca de los ingresos autonómicos correspondientes a las sanciones de tráfico. Resulta que este año se ha reducido el montante respecto al año anterior. Cualquiera lo diría, visto el incansable esfuerzo de nuestras fuerzas recaudatorias: rádares, controles, campañas sobre alcohol, drogas, furgones de transporte, velocidad, aparcamientos, ITV…; algo debe estar pasando: o nos estamos portando muy bien o el trabajo de control no es eficiente o nos vuelven a engañar gracias a esa ciencia subjetiva llamada estadística. Y es que resulta extraño que si aquí percibimos una presión policial cercana al acoso –porque recibimos sanciones o las reciben en nuestro círculo cercano–, desde “Arriba” se nos informe de reducción en los ingresos llegados por dicha vía. Algo falla.
Mientras tanto se ha finalizado la rotunda rotonda en la carretera de Yecla. Quizás también nos informen de que el uso de esta nueva adecuación de la vía está siendo utilizada por el cien por cien de los vehículos que transitan entre el Polígono del Rubial y Yecla, así como por los que circulan entre Las Virtudes y Villena. Qué remedio. Pero no se quejen, queridas personas, porque también nos tragamos los halagüeños porcentajes de utilización de la novísima Estación de Alta Velocidad sin que a cambio pidiéramos los datos de venta de billetes en la antiquísima Estación de Villena durante el viejo 2012. El arte de la comunicación encierra esas pequeñas trampas, mentiras piadosas que no perjudican a nadie pero que pueden hacer ganar puntos electorales a los partidos políticos y cientos de millones de euros a ciertos círculos de empresas. Nada nuevo bajo el viejo sol.

Mientras tanto nuestra ciudad se haya inmersa en el proceso de repintado de señales horizontales en nuestras calles. Se trata de eso cuando vas a girar a la derecha en una calle y una triste y maltrecha valla de color amarillo te obliga a continuar adelante durante largos metros y a callejear hasta lograr encarar hasta la dirección deseada. Es cuando, tras maldecir, un destello de luz en el cerebro te descubre los estúpidos laberintos planteados en algunas zonas de nuestra ciudad a causa del sentido de circulación al que obligan ciertas calles. Planificaciones que en caso de cerrar una sola calle pueden hacerte recorrer más de quinientos metros para alcanzar tu destino. No es lo de menos. Pero si volvemos a centrarnos en el resultado del repintado tendremos que decir que ante todo demuestra lo sucias que están las ruedas de nuestros vehículos: al ver todas esas marcas encima del intencionado blanco impoluto, cabe esperar que la pintura sea lavable y que en la próxima tormenta, con algunas calles tan inundadas como siempre, el color blanco de los pasos de peatones vuelva a brillar al menos como brilló durante ese par de horas tras ser repintado. Pero no me hagan demasiado caso, imagino que la pintura elegida para tales intervenciones será especialmente brillante, resistente, lavable y ecológica.

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