Tengo que confesar que, gracias a los servicios de prensa de muchas editoriales y a que mi tiempo libre se ha visto reducido últimamente, compro muy pocas novedades del mercado editorial. Y, por lo general, me gusta adquirirlas en librerías físicas de las de toda la vida. Pero en lo que se refiere a títulos difíciles de conseguir, saldados y/o de segunda mano, sí recurro además de a las librerías y ferias que frecuento, a la compra digital: particularmente, visito con cierta asiduidad Iberlibro, Bibliostock... y, por supuesto, Amazon.
Hace unos días me vi en la tesitura de sacar un ejemplar del libro Contra Amazon del interior de un paquete de Amazon. Esto, que podría pasar por una inusual performance militante a favor del capitalismo, tiene toda su razón de ser: como ya les conté, todavía arrastro los estertores de una lumbalgia que me ha tenido recluido en casa durante unos días en los cuales la visita a alguna de las librerías que suelo frecuentar estaba totalmente vetada. Y dado que quería leer el nuevo libro de Jorge Carrión antes de acudir a su presentación este jueves 30 (que en el momento de escribir estas líneas aún no ha llegado, pero ya habrá pasado cuando ustedes las lean), no podía esperar a recuperarme para partir en su busca... y recurrir a Amazon me pareció la única solución posible.
Una de las librerías que frecuento, la alicantina (y recientemente remodelada) Pynchon & Co. -de la que ya les he hablado en alguna ocasión- será la que acoja la presentación del libro de Carrión, que por cierto ha sido publicado por la editorial Galaxia Gutenberg (¿Acaso había otra de nombre más apropiado para acoger en su catálogo a una obra como esta?). Imagino que allí el autor, las libreras que presenten el acto y acaso también el respetable público hablarán principalmente del dilema que plantea el primer texto del libro, el ya célebre “Contra Amazon. Siete razones/un manifiesto”, que da título al volumen y que se ha convertido en motivo de adhesión y controversia a lo largo de todo el planeta. Pero el libro en cuestión no es tan solo, ni mucho menos, una diatriba contra este gran emporio, dado que recoge diecisiete textos de naturaleza diversa, si bien todos ellos giran alrededor del concepto de la lectura, las librerías y las bibliotecas. Se incluyen, por ejemplo, dos entrevistas (con Luigi Amara y Alberto Manguel, este último casi inevitable dada la temática); así como varios artículos de viajes centrados por lo general, al margen del dedicado a la figura del escritor Curzio Malaparte, en librerías y bibliotecas: atención a algunos de los peculiares negocios que pueblan la ciudad de Tokio, incluyendo la que podría ser la primera metalibrería de la historia. Y ya que hablamos de lo meta, no está de más señalar que pese a ser un libro analógico (esto es, impreso), Contra Amazon funciona como una miscelánea metatextual en la que su lectura lleva a otras lecturas como si se tratara de un texto digital repleto de enlaces hipertextuales. Así, vuelvo a toparme en mi camino con personajes literarios, como Alonso Quijano o el capitán Nemo (y con sus respectivas bibliotecas de ficción); con personas reales que parecen personajes literarios, como el -este sí, inevitable sin duda- Borges; y con otras personas reales que son, de un modo u otro, como viejos conocidos.
Este último es el caso de Iain Sinclair, un escritor y crítico creo que inédito en español (a ver si algún editor patrio se anima a solventar esta carencia); de Philipp Blom, autor de El coleccionista apasionado; y también de David B., uno de los creadores más destacados del cómic francés contemporáneo. De este autor, cualquier aficionado al noveno arte recordará La ascensión del Gran Mal (luego reeditada con el título de Epiléptico); y quizá algunos conozcan otras obras suyas también muy recomendables como Los complots nocturnos, Por los caminos oscuros o La lectura de las ruinas. Aprovecho la ocasión para sugerirles que no dejen escapar su último libro publicado en nuestro país, de la mano de una editorial de cabecera como es Impedimenta, y que acabo de leer con sumo deleite: Diario de Italia, que a pesar de su título no solo recoge la primera parte centrada en su viaje por Trieste y Bolonia, sino también la segunda ubicada en las más exóticas Hong Kong y Osaka. De esta doble novela gráfica cabe destacar algunos aspectos ya presentes en el resto de la obra de David B.: su capacidad para entrelazar lo real y lo imaginario o lo onírico sin que se aprecie transición alguna; la belleza de sus impactantes metáforas visuales, ya se perfilen en blanco y negro o a todo color; y la agradable sensación de que cualquier sorpresa nos espera a cada página que pasamos. Y, por supuesto, no faltan -desde las primeras páginas, con la biblioteca oculta de la Casa de los Gatos de Trieste- continuas referencias bibliográficas: me encantó ver, por ejemplo, una cubierta apócrifa de la serie de novelas del detective Harry Dickson escritas por Jean Ray, de las que años ha compré muchísimas de segunda mano en una librería de lance que ya no existe. Este cúmulo de referencias, por cierto, obligan a leer Diario de Italia como se lee Contra Amazon: con el móvil en la mano, buscando en Internet si tal o cual libro está al alcance de nuestro desaforado consumismo cultural.
Además de la lectura de las obras de Carrión y David B., otro de los asuntos que me ha mantenido ocupado esta semana es la búsqueda de un par de libros en mi biblioteca particular; una tarea que resulta titánica si tenemos en cuenta la ubicación de los volúmenes, totalmente anárquica en lo que respecta a las adquisiciones de los últimos años. Y de nuevo podría tratarse de otra performance, dado que el principal objeto de la búsqueda se titula precisamente Librerías. Este ensayo, del que ya les hablé en su día, es quizás la obra de Carrión que más me ha gustado, y es seguro la más celebrada y traducida de toda su producción literaria; por lo que me hace particular ilusión que su autor me lo dedique al final de la presentación de Contra Amazon. Y por aquello de mostrarles la otra cara de la moneda, el segundo libro que buscaba es Amazon, un ensayo de José Luis de Haro del que escribí para este mismo medio la siguiente reseña cuando se publicó hace seis años: “Aunque durante su infancia quiso ser arqueólogo o astronauta, Jeff Bezos acabó convertido en empresario: él es nada menos que quien en 1995 fundó Amazon, empresa que ha acabado convirtiéndose en la tienda online más importante del mundo... En este volumen, a medio camino entre la biografía documentada y el manual empresarial, el autor -corresponsal del diario El Economista en Nueva York- analiza el imparable ascenso de Bezos, un visionario del comercio global y los negocios en expansión que todavía no ha dicho su última palabra. Para lectores curiosos y empresarios en ciernes”.
Espero que me disculpen la autocita, en la que caigo, además de por satisfacer el pecado capital de la pereza y por hacer también del presente un hipertexto (aunque sea uno humilde en la forma y autocomplaciente en el fondo), porque aquella lectura queda ya muy lejana y en el momento de escribir estas líneas, al contrario que ha sucedido con Librerías, no he sido capaz de encontrar el ensayo sobre la empresa de Jeff Bezos para refrescar la memoria. Y qué quieren que les diga: me gusta ver esto como una metáfora o una suerte de justicia poética que convierte los anaqueles de mi biblioteca particular, repletos de libros no comprados en Amazon precisamente, en uno de los últimos reductos frente al capitalismo libresco. Aunque luego peque muy de vez en cuando.
Contra Amazon, Diario de Italia y Amazon están editados por Galaxia Gutenberg, Impedimenta y Conecta respectivamente.
