Este 8 de marzo se cumplen 100 años del primer Día Internacional de la Mujer, día propuesto en un Congreso Internacional de mujeres trabajadoras en 1910 en Copenhague. Desde hace 100 años se han dado importantes avances en torno a este tema. Pero hoy en España, a principios de la segunda década del siglo XXI, aún no hemos conseguido eliminar la discriminación por motivos de género.
El legado histórico de la sociedad patriarcal, con roles muy concretos para hombres y mujeres, sigue mostrando sus efectos: desde que nacen, niños y niñas reciben estímulos, prácticas educacionales y expectativas diferentes. Los trabajos "típicos" de mujeres suelen ser menos valorados y peor pagados que los de los hombres. Y sigue existiendo una importante brecha salarial entre hombres y mujeres al igual que otras formas de discriminación directa. En Villena, si hablamos de economía sumergida, ésta afecta en mayor proporción a la mujer que a los varones.
Las relaciones de poder y el sistema laboral dominante de hoy en día siguen infravalorando toda una riqueza social considerada como improductiva como el cuidado de niños o ancianos o el trabajo doméstico tareas que tradicionalmente realizaban las mujeres y que actualmente el modelo productivo nos ha obligado a marginar o a desplazar fuera de la familia. Con el fin de dejar más tiempo a los dos géneros para cuidar y disfrutar de su vida rica en relaciones personales, ocio, voluntariado, actividades culturales... abogamos por cambiar el modelo de trabajo de "tiempo completo" por uno "reducido" para todos los puestos, ampliar las ayudas por maternidad y paternidad, entre otras medidas.
Somos conscientes de que la incorporación de la mujer al mundo laboral no ha sido compensada por una mayor implicación del hombre en el ámbito doméstico. Por eso, tenemos que seguir luchando por una sociedad en la que el género ya no influya sobre las posibilidades que una persona tiene para vivir como le gusta.
A nivel mundial, la discriminación por motivo de género también tiene implicaciones medioambientales y de desarrollo. Especialmente en países emergentes y pobres, las mujeres están históricamente en desventaja en cuanto a la toma de decisiones o control sobre los bienes económicos, lo cual multiplica los efectos nocivos que puedan tener derivados del cambio climático. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) las mujeres rurales suelen tener menos recursos financieros, físicos y humanos que los hombres, y por tanto tienen menos posibilidades de respuesta a los efectos del cambio climático. La FAO explica cómo los efectos del cambio climático pueden incluso "disminuir el progreso que habíamos logrado" en materia de igualdad y equidad. En nuestros esfuerzos para alcanzar la justicia de género queremos pensar, desde Villena, en las mujeres de todo el planeta.
Asamblea Local Verde Villena
