Apaga y vámonos

Aproximación al campo de batalla

Escribo estas líneas mientras veo por televisión e internet cómo Podemos ha conseguido desbordar Madrid y arrancar simbólicamente –salvando las insalvables distancias, el acto organizado por los de Pablo Iglesias recuerda mucho a la Marcha sobre Roma de Mussolini, preludio de su toma del poder– un año electoral que se presume interesante como pocos gracias a las grietas abiertas por Alexis Tsipras y Syriza en el hasta ahora monocorde discurso de la austeridad.
Pero antes de tomar el cielo por asalto, algo que de suceder será a final de año, tenemos otras elecciones en las que también nos jugamos mucho, las locales, que se presentan inciertas como pocas. Resulta importante saber qué pasará al final con VillenActiva, la “marca de Podemos” en Villena, porque por muy atribulados que anden sus promotores en nuestra ciudad y el cada vez mayor rechazo que suscitan entre amplios sectores de la izquierda, hartos de ver cómo los recién llegados pretenden presumir hasta de haber inventado el fuego, lo cierto es que el peso de la marca y la iconografía puede decantar no pocos votos a favor de la formación.

Por si hubiera poca marejada por la parte izquierda del tablero, ahí está –ay, mi Andrés– una renacida Izquierda Unida que viene pisando fuerte y llenando de preocupación a los que hasta ahora tienen mando en plaza. Renovación, juventud, implicación social, ganas de trabajar, un importante bagaje teórico y un absoluto dominio de los canales modernos de comunicación respaldan una apuesta que con casi 120 participantes en sus primarias ha dicho bien claro aquí estoy yo, para preocupación de unos Verdes que saben que muchos de sus votos de 2011 –IU no presentó candidatura– fueron prestados y un PSOE que tampoco acaba de tenerlas todas consigo, pues ni sus cuitas nacionales ni su posición local –todo lo que no sea superar sus 4 concejales actuales y volver a ser la fuerza progresista más votada de Villena será un fracaso– les permiten relajarse ni un solo momento. Esquembre y Cerdán, Cerdán y Esquembre, saben que toda disgregación del voto de izquierdas va a ser a su costa, y alguno ya barrunta en su fuero interno la posibilidad de acabar gobernando un cuatripartito, o incluso pentapartito…

Y es que, y mientras se desvela la incógnita de Ciudadanos –C`s y de Villena Centro Democrático –Pedrosa no habla en público, en privado dice que sí que van, y en los mentideros se comenta que la formación está acabada y no hay gente suficiente para completar una candidatura–, parece evidente que el Partido Popular sigue manteniendo su condena: o mayoría absoluta o la nada, tras otros cuatro años siendo incapaz de tender el más mínimo puente con nadie, circunstancia que hoy por hoy se antoja como poco complicada, por mucho que quieran armar una lista de marcado carácter festero y encabezada por Paco Abellán.

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