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Aviana recorre la etapa del Camino de Santiago entre Elda y Villena

A veces conocemos unos caminos y lugares tan cercanos y, a la vez, tan desconocidos

El primer domingo de febrero a las 7 de la mañana, un grupo de 60 socios y socias de Aviana nos dirigimos en autobús hasta el pantano de Elda, lugar de comienzo de la travesía de 23 kilómetros programada por dos de nuestras compañeras que, a su vez, pertenecen a la Asociación de Villena del Camino de Santiago.

Ellas nos han hecho partícipes y nos han ilustrado con sus explicaciones, acerca de esta etapa del Camino de Santiago del Sureste que transcurre desde Elda a Villena.

Apenas estaba amaneciendo cuando llegamos al lugar de salida, el Pantano de Elda, bien abrigados porque un vientecillo fresco nos recibió. El pantano actual es una reedificación de finales del siglo XIX, sobre la presa construida en el siglo XVII, que tuvo una capacidad estimada de 700.000 metros cúbicos y que está considerada como una de las construcciones más importantes de la historia de Elda.

De la antigua quedan los vestigios en ambos márgenes del cauce. Admirar la presa y conocer su historia, ya es un buen motivo para realizar esta ruta, pero hay otro de carácter botánico y es que en este inicio del camino podemos apreciar una importante reserva natural de tarays, arbusto que crece en terrenos arcillosos y salinos y que cuando florece forma racimos densos y alargados de colores variados.

Siguiendo el trazado del Camino de Santiago llegamos hasta Sax, y bordeando el castillo seguimos la ruta hasta La Colonia de Santa Eulalia donde hacemos la parada para el almuerzo y la recuperación de fuerzas. El sol ya había hecho su aparición y nos acompañó hasta Villena. Después de La Colonia atravesamos el lugar en el que se une la Acequia del Rey con el río Vinalopó, de ahí que el tramo del río hasta la presa contenga un alto grado de salinización.

Seguimos hasta llegar a la altura de la Acequia y pasamos por la Casa Zúñiga, hoy día unos restos de lo que debió ser una magnífica construcción rodeada de pinares. El itinerario nos lleva a desembocar en el camino de La Macoya, desde donde llegamos a la zona llamada del Hilo del Rey y con la panorámica de nuestra ciudad coronada por el imponente castillo de la Atalaya, hacemos la última foto de grupo y entramos en la ciudad por el Bulevar Maestro Carrascosa.

Nuestro agradecimiento, como siempre, a las guías que preparan con tanto detalle las rutas. Han conseguido que conozcamos unos caminos y lugares tan cercanos y, a veces, tan desconocidos.

Por: AVIANA

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