Vamos con nuestra segunda columna berlanguiana (una vez más, sin cursiva), y primera de este año. Y no me extrañaría que pronto hubiese una tercera; no porque nunca hay dos sin tres, sino porque como ya les comenté en su momento este 2021 ha sido decretado oficialmente como Año Berlanga con motivo del centenario del nacimiento del que para prácticamente todo el mundo es el mejor director de la historia del cine español... con permiso de Luis Buñuel, aunque el aragonés es más bien el mejor director español de la historia del cine (lo que, parafraseando a Martes y 13, parece lo mismo pero no es igual).
Por ello, la Filmoteca del Institut Valencià de Cultura, el Teatre Arniches, el Festival de Cine de Alicante y la Universidad de Alicante han programado una serie de proyecciones y actividades divididas en dos partes. Pero si habrá que esperar hasta el último trimestre del año para disfrutar de la segunda entrega, ya mismo vamos a poder disfrutar de un primer ciclo de proyecciones con cinco de los títulos más aplaudidos de Luis García Berlanga, cuatro de ellos incluidos en el marco del 18.º Festival Internacional de Cine de Alicante y con presentación a cargo de tres divulgadores de nuestra universidad: el profesor y catedrático de Literatura Española Juan Antonio Ríos Carratalá, el coordinador del Aula de Cine y Audiovisual Israel Gil Pérez y el profesor y divulgador que firma estas líneas y les da la tabarra viernes sí, viernes también.
Será el próximo lunes 31 a las siete y media de la tarde cuando este servidor de ustedes dará comienzo a dicho ciclo presentando en el Teatro Arniches la que sin duda es no solo una de las mejores películas de su realizador, sino también la más reconocible y representativa; una especie de Lo que el viento se llevó o Casablanca para el cine español. Me refiero, por supuesto, a ¡Bienvenido, Míster Marshall!, producción de 1953 que se ha convertido con el paso del tiempo en emblema no solo de nuestra cinematografía, sino también de nuestra esencia social y cultural; de ese algo difuso y difícil de definir que podríamos llamar españolidad. Precisamente por ello, y también por la brillantez de un guion en el que participó nada menos que alguien tan ilustre como don Miguel Mihura y por contar con un plantel de intérpretes de ensueño encabezado por unos inolvidables José Isbert y Manolo Morán, es esta una película que no ha envejecido ni un ápice siete décadas después de su estreno, y que condensa en menos de ochenta concisos minutos de metraje mucho más cine que un gran número de superproducciones de tres o cuatro horas de duración.
A lo largo del mes de junio y hasta el 1 de julio se proyectarán también Plácido -que llegó a estar nominada al Oscar como mejor película extranjera en su momento-, La escopeta nacional -que dio pie a una exitosa trilogía, dirigida al completo por Berlanga-, La vaquilla -una de las miradas más lúcidas y divertidas a propósito de nuestra Guerra Civil- y, ya fuera del festival alicantino, Esa pareja feliz; esta última una cinta dirigida a cuatro manos con Juan Antonio Bardem (a quien le unió una larga amistad no exenta de algún que otro desencuentro) y que supuso el debut como realizadores de ambos, considerados hoy dos figuras clave del cine español.
Una vez metida la cuña promocional, paso a recomendarles un libro de reciente publicación que se suma a la bibliografía berlanguiana de la que ya dimos cuenta en aquella columna sobre el autor de El verdugo publicada el pasado mes de diciembre: me refiero al volumen titulado sencillamente Berlanga, y que no es otra cosa que una biografía sobre este valenciano inmortal que le ha valido a su autor, el también valenciano pero mortal (al menos por el momento) Miguel Ángel Villena, el Premio Comillas de Biografía en su trigésimo tercera edición; y que como cada año publica la editorial Tusquets. En esta obra, Villena (qué apellido más familiar, ¿verdad?) repasa la vida y milagros de Berlanga desde su nacimiento en Valencia el 12 de junio de 1921 y sus primeros años de infancia repartiendo el tiempo entre el colegio y la ilustre pastelería de la familia materna, hasta su muerte en Pozuelo de Alarcón (Madrid) el 13 de noviembre de 2010 siendo ya un clásico de nuestro cine.
Y sin olvidar su despertar sexual y sus visitas a los prostíbulos de la época, sus años de juventud como poeta incipiente o su participación activa como combatiente en los estertores de la Guerra Civil, Villena se centra -como no podía ser de otra forma- en su labor como cineasta. Porque tal y como señala su subtítulo, “Vida y cine de un creador irreverente”, el devenir vital de Berlanga no puede separarse en ningún momento de su nutrida filmografía, ese retrato fidedigno y satírico de la España del siglo XX que el autor desgrana convenientemente en un recorrido repleto de jugosas anécdotas, y donde no faltan colegas inevitables como Ricardo Muñoz Suay, el añorado Rafael Azcona o el propio Bardem. Un libro, en definitiva, que da buena cuenta de la personalidad, tan compleja como aparentemente cercana, de un creador irrepetible al que el autor de la biografía califica, más que de anarquista burgués (etiqueta que él mismo se autoimpuso y que le acompañó durante buena parte de su vida), de liberal y libertino.
En resumidas cuentas: este Berlanga se erige en una lectura indispensable sea el año que sea; pero en este 2021, el Año Berlanga, más todavía. Como indispensable es igualmente, o incluso más, ver sus películas: las que forman parte del ciclo, y también las que no. Por lo tanto, les espero este próximo lunes por la tarde en Villar del Río en compañía de su alcalde Pepe Isbert. Ambos les debemos una explicación; y como alcalde y presentador del ciclo que somos, estaremos dispuestos a dársela.
El ciclo Berlanga (1921-2021) se celebrará en el Teatro Arniches de Alicante del 31 de mayo al 1 de julio de 2021; Berlanga está editado por Tusquets.