Estado de Naturaleza

Bienvenido, Sr. Mar Menor (Cambio social radical II)

La irrupción en el ordenamiento jurídico de un ecosistema natural como sujeto de derecho es un hito legal sin precedentes en nuestro país

Hola de nuevo, personas lectoras. Terminaba mi artículo anterior diciendo que “siempre queda espacio a la esperanza, y en España ese espacio es la Ley 19/2022, de 30 de septiembre, para el reconocimiento de personalidad jurídica a la laguna del Mar Menor”. Y desde ahí retomamos.

Esta ley es muy cortita, tiene apenas 6 páginas, pero a pesar ello está repleta de novedosos y singulares planteamientos jurídicos respecto de la relación hombre/naturaleza. Este hecho nos empuja a dar un paso de gigante en la percepción legal de los elementos naturales, y nos orienta hacia un cambio radical en nuestra relación con ellos. La irrupción en el ordenamiento jurídico nacional de un ecosistema natural como sujeto de derecho ha situado a España como un país pionero en Europa respecto de la regulación de esta nueva relación hombre/naturaleza, que tiene sus raíces en el concepto “derechos de la naturaleza”, de los cuales hablamos en el artículo anterior.

El Mar Menor ha pasado de ser un mero objeto a ser considerado un sujeto con derechos propios, y entre ellos le ha sido reconocido su derecho a “existir como ecosistema y a evolucionar naturalmente”, su derecho “a la protección” y su derecho “a la conservación” y “a la restauración”, pretendiéndose con ello comenzar a igualar el estatus legal entre las grandes corporaciones empresariales que diezman los finitos recursos naturales y estos últimos.

Si esto te parece un hecho disparatado,  o tal vez sin sentido, vamos a hacer un poquito de historia. El hecho de dotar de personalidad propia a entes abstractos no es algo novedoso en derecho, y con la misma conceptualización de fondo, se crearon a finales del S. XVIII y principios del S. XIX las personas jurídicas, a las que conocemos como empresas, asociaciones, fundaciones, etc... y a las cuales la RAE define como “Instituciones dotadas de personalidad propia e independiente y plena capacidad para el cumplimiento de sus fines, creadas por las leyes o conforme a lo establecido en las mismas”. A nadie se nos escapa que una S.A. o una S.L. no es una persona tal y como la entendemos, pero un constructo legal hizo posible que así sean consideradas a efectos de derechos y, también, de responsabilidades, y hoy en día están perfectamente integradas en nuestra estructura social y mental. Y esta es la normalización que debemos de lograr para los mares, los lagos, las montañas, los ríos

Es un hecho incontestable que la naturaleza no tiene capacidad propia para poder defenderse por sí misma, y tampoco tiene voz. Ella habla con un idioma propio que se manifiesta con hechos y se expresa desplegando su poder natural, una comunicación no verbal que lamentablemente está siendo ignorada desde hace años por los intereses políticos y económicos. Pero va siendo hora de que personas sensibilizadas, ONGS que luchan por ella y asociaciones implicadas en su recuperación puedan ser una voz reconocida legalmente.

Si de algo estoy segura en este tema es de que esto no será un camino de rosas, pues a día de hoy todavía nos encontramos con grandes dificultades, sobre todo económicas, ante los inasumibles costes con los que se encuentran personas y entidades a la hora de llevar al terreno del proceso judicial la defensa de muchos espacios naturales o de ecosistemas desde la acción popular, dado que no pueden ejercer ese derecho, pues tienen enfrente a grandes empresas con un gran poder económico, e incluso a la propia administración, que no tiene que pagarse a sí misma.

Es cierto, este nuevo sujeto de derechos acaba de nacer y deberá crecer y de desarrollarse. Nos queda mucho por andar, grandes retos que enfrentar y mucha pedagogía por hacer. Aun así, la inclusión en nuestro ordenamiento jurídico de esta norma no ha tardado en germinar, y he sabido de la presentación de una Proposición de Ley en el Congreso de los Diputados para dotar al Parque Natural de Doñana de personalidad jurídica propia, siguiendo la estela de la laguna murciana.



Estamos sin duda ante un hito legal sin precedentes en nuestro país, que abrirá la puerta a poder conseguir nuevos avances en derecho medioambiental. Hace algunos días escuché a un gran político decir que la conquista de nuevos derechos humanos, en cualquiera de los espacios donde estos se extiendan, es un gran logro, pues tras de sí abren la puerta a la consecución de otros muchos. Y esta reflexión se adapta con precisión geométrica a todo lo que está por venir.

Solo me resta, por hoy, dar las gracias a muchas personas preocupadas e implicadas que se movilizaron de un modo admirable ante la pérdida inminente de su hábitat natural de referencia, pues por ellos y por ellas hoy podemos decir bienvenido Sr. Mar Menor, mientras quedamos a la espera de recibir a la Sra. Doñana.

Fotografía: Isabel Micó Forte

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