Caciquil equipo de gobierno
Sepan que me sabe mal escribir sobre estas cosas pero es que no escarmientan, porque no se enteran o no quieren instruirse. Me refiero al incidente en el que empleados de Celia, no políticos sino de confianza, estaban dispuestos a cancelar un acto del primer concejal del PSOE, Carlos Beltrán, y la diputada nacional Vicenta Tortosa en dependencias municipales. Es preciso aclarar que las dependencias municipales son lugares públicos en el que cualquier ciudadano tiene derecho a acceder para gestionar las cosas que considere pertinentes, y sus concejales electos la obligación y el deber de solicitar cuanta documentación oficial necesiten.
Explicado esto los ediles, del gobierno u oposición, pueden asimismo utilizar los locales del consistorio para cualquier aclaración pública ante la ciudadanía. Intentar prohibir estas premisas bajo el pretexto que no tratan asuntos municipales resulta absurdo y patético, pues todo lo que se cuece o debata en nuestro término municipal es de dominio público y de interés político. Si desde alcaldía interpretan que el acto es propagandístico en clave electoral bien deberían callarse, pues los folletos que se propagan desde alcaldía son también en clave electoral y con el dinero de las arcas municipales.
Si la pregunta maliciosa del PP es ¿qué pinta en la oficina de AMICS Vicenta Tortosa? Yo respondería con dos preguntas ¿Qué pinta Isidro Gosálbez en las dependencias municipales si ya no es persona de confianza y actúa como si lo fuera? ¿Tras su cesión por la alcaldesa, qué poder tiene autorizado por el Pleno Municipal? Si no tiene ninguno bien Miguel Lledó, jefe del Gabinete de Prensa, bien su hermana como primera Regidora, deberían explicar qué hace un ex de confianza realizando roles que no le competen, y si también cobra por ello. Por lo tanto y como me temo que no voy a recibir respuesta ni la oposición va a preguntar al respecto, ¿por qué se queja el PP?
Cualquier concejal, representante de nuestro ayuntamiento, puede utilizar cualquier departamento con la debida solicitud sin que nadie se escandalice y se suba por las paredes. Faltaría más que los delegados de la ciudadanía fueran desalojados de los lugares para los que fueron elegidos. Si desde alcaldía creen que sólo ellos y su equipo son los propietarios del inmueble que presenten escrituras. Obcecarse con que los demás no tienen derechos roza lo patológico y rescatan, con su irresponsabilidad, un término casi olvidado como el sustantivo caciquil, lamentablemente conocido.
Otra oligarca actitud es la de borrar del mapa empresarial a la firma Serra, despedida como subcontratada en las obras de la Avenida de la Constitución. En cuestión de obras y contratas las competencias de un ayuntamiento acaban cuando se adjudica un trabajo a una empresa, y luego la supervisión para que todo se ajuste a lo acordado y firmado. Nada más y punto. Entrometerse en los asuntos empresariales y profesionales de la empresa contratada, insinuarse sobre a quién puede subcontratar o no, favorecer o perjudicar a terceros es recorrer caminos peligrosos y nada aconsejables. Los nazis dejaban señales marcadas en los comercios de los judíos.
Presionar a la empresa adjudicataria para que prescinda de los servicios de otra porque es familia de una edil No Adscrita es caciquil con aire fascista. Es como si, por la misma regla de tres, con otro gobierno empresas de reconocida ideología conservadora fueran proscritas; y no es así o no debería serlo. Las empresas generan empleo y riqueza y si están sujetas a rencores o predilecciones políticas iremos por una ruta equivocada y peligrosa. Mal asunto si la política decide sobre los negocios para cortarle las alas, más todavía si son empresas locales.
Y acabo recordando a Celia que la mano firme no garantiza un aumento de votos. Tal vez un poco más de elegancia y mayor generosidad con los que no son sus aliados evitaría más de una indigestión.