Campañas
Toca hablar en esta ocasión de las campañas que nuestros queridos grupos políticos han lanzado con el fin de atraer nuestra atención. Y toca hablar de ellas, entre otros motivos, para que vean que el dinero que gastaron y gastarán cumple sus fines, es decir, que llaman la atención sobre sus siglas. Otra cosa, que de todo hay, es que los objetivos a resaltar sean otros que los que las queridas personas y yo mismo entendemos, pero eso es harina de otro costal. A modo de observatorio dedicaremos el breve momento que regala esta columna a hacer ver lo que buenamente se lee en cada cartel.
Y comenzamos, cómo no, por el cartel del PSOE de nuestra querida Vicenta Tortosa. Un fondo blanco, inmaculado y limpio acoge a doña Vicenta, quien se inclina levemente hacia la izquierda, no se sabe bien si para mostrar su tendencia política o para dejar espacio al eslogan de su campaña, aunque esta posición también nos da una percepción más amistosa y abierta. También el cuello abierto de grandes puntas sobre la chaqueta de cuero rojo, así como los cortos mechones de melena dan un aire desenfadado y moderno a nuestra alcaldesa. Por otro lado los brazos cruzados, no a la altura del pecho que nos indicaría una postura cerrada y poco dada al dialogo, sino más bien a la altura del estómago, nos la muestran en una posición un tanto defensiva.
La principal candidata a la alcaldía, Celia Lledó, también apuesta por una actitud bastante moderna y desenfadada: chaqueta y camisa abierta, apoyada sobre una de las letras de sus siglas y con pantalón vaquero. Su postura algo inclinada hacia delante y una de sus piernas cruzada sobre la otra a la altura del tobillo trasmite interés en escuchar y en conocer, su mano derecha relajada y la izquierda tranquilamente apoyada en el bolsillo del pantalón dan pie al dialogo. Otra cosa es lo que transmite el segundo cartel de campaña del Partido Popular, aquel en el que aparece junto a un bote que recuerda cierta marca de cola. Tal cartel, casi de estilo japonés, y con una Celia estilizada, contiene un mensaje confuso y apenas llama la atención sobre sus siglas.
Por otro lado tenemos el cartel de Antonio García Agredas, llamativo por sus colores y teatral por su actitud, que además utiliza el símbolo de Los Verdes, el girasol, dentro de su campaña. Su imagen de gentleman regando con una jarra dichos girasoles a los que señala con un dedo muestra una acción relacionada con uno de los problemas villeneros: el agua para el riego. Su rostro no expresa alegría, como en los casos anteriores, ni preocupación, está más bien a la espera del fogonazo de la máquina fotográfica.
Por último, vi publicado el anuncio de Gente de Villena, un cartel tosco y poco profesional donde se reflejan en fotografía tres de los puntos importantes de la campaña (digo yo que a este paso acabaremos poniéndolos en el escudo de la ciudad): plaza de toros, agua y vías. Un cartel que parece decir: esto es lo que hay, sin mayores pretensiones de publicitarias.
Probablemente las campañas tengan poco que decirnos y poca fuerza puedan hacer para decantar a alguien hacia uno u otro partido, pero en una sociedad que traga por los ojos es inevitable que se apueste por una imagen atractiva y seria. Otra cosa serán los compromisos que asuma cada partido que sí es algo que nos importa y atañe. Mientras los conocemos poco más podemos hacer que ver lo guapas que han quedado nuestras candidatas y entretenernos con la lectura de sus eslóganes.