¿Cómo están ustedes?

Carabí dondán, carabí dandón

Cuando nacimos, en 1963, la televisión aún era en España mucha novedad. La primera emisión había sido en octubre de 1956 pero su generalización fue muy lenta en los hogares españoles. Por ello nuestra infancia fue más en la calle que delante del televisor. La tele nos llamaba sí, claro que nos llamaba. Ya lo hemos dicho, era novedad, pero todavía nos llamaba más la calle. La libertad de la calle. La aventura de la calle. Sus cansancios y melancolías. Hasta caer la noche. Y en invierno la noche y los fríos. Los húmedos helores. Además en la tele la programación infantil era escasa. Su horario, muy limitado.

Recordamos con agrado programas como el de Los Chiripitifláuticos: Valentina, Locomotoro –que era nuestro preferido–, el tío Aquiles, el capitán Tan y más tarde los hermanos Malasombra y otros personajes. Y también recordamos –y aún nos dura la perplejidad de su voz gruñona hasta conquistarnos– las peculiares intervenciones de Gloria Fuertes, como enfadada pero graciosa. También, cualquier dibujo animado, que siempre nos parecieron escasos. Y los cortos de cine mudo, especialmente los de Charlot. Luego fueron los payasos –Gaby, Fofó y Miliki principalmente– pero nosotros ya íbamos creciendo. Y es posible que en algunas cosas creciendo muy deprisa. Pero por encima de todo si me dijeran que dijera un programa de mi infancia, sin ninguna duda diría el de "Ismael y la Banda del Mirlitón". Un programa que, que sepamos, duró cinco años.

"Somos la Banda del Mirlitón y este saludo es nuestra canción carabí dondán, carabí dandón. Yo soy el bueno, yo soy el malo, yo soy el barbas y yo el de palo. Somos la Banda del Mirlitón carabí dondán, carabí dandón. Somos amigos de la ilusión carabí dondán, carabí dandón. Somos la Banda del Mirlitón y este saludo es nuestra canción carabí dondán, carabí dandón. Yo soy la luna, yo soy el sol carabí dondán, carabí dandón."

Lo ponían los sábados por la mañana. ¿También algún domingo?... Alguien nos tendrá que explicar el porqué de estos verbos. Los programas de televisión los ponían, las películas –en el cine– las echaban. Del segoviano Ismael, Ismael Peña Poza, segoviano de Torreadrada, volvimos a saber en 1999 cuando recibió el Premio Nacional de Folklore, premio que le reconocía su gran labor de difusión de la cultura popular. Y sabiendo de Ismael Peña y de la Banda del Mirlitón también hemos sabido que el presentador Pedro Piqueras formó en algún momento parte de esta banda. Ismael Peña, nacido en 1936, hijo de maestra de las de entonces, bebió de su madre toda la querencia del folclore, cuando en las escuelas de España se cultivaban los versos y las canciones y los refranes que se escuchaban en la misma tierra que cultivaban los padres. Cuando lo de Halloween, por ejemplo, no era ni atisbo.

Decíamos que supimos de Ismael en 1999. La memoria es injusta con la memoria. Enclaustra en un momento determinado el recuerdo y de ahí no lo sacamos. Y encarcelamos –o congelamos– en un periodo determinado a las gentes de aquel periodo determinado, como si presos en el tiempo no pudieran salir –"Nunca Jamás"– de aquel momento. Así teníamos a Ismael. Prisionero en la mitad de los años setenta. Pero Ismael después de aquellos años en los que deleitó nuestra infancia continuó y continúa, ahora a través de La Chacona, difundiendo la cultura popular. Y es una institución en el ámbito etnográfico. De ahí el premio y su fama personal. Respecto a las canciones que La Banda del Mirlitón cantaba en el programa, la empresa Ramalamusic hace años editó un recopilatorio.

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