Como a tantas otras personalidades del mundo de la cultura, a Leonora Carrington la conocí a través del cine: fue en el año 1995, probablemente allá por el mes de octubre. Pero antes de que se pregunten cómo puedo presumir de una memoria tan prodigiosa, les aclararé que se debe a que fue entonces cuando llegó a los quioscos el hoy histórico primer número de Cinemanía, revista que todavía hoy sigo comprando religiosamente todos los meses; y cuya portada estaba dedicada a la actriz Emma Thompson, invitada al Festival de San Sebastián de aquel año -donde también se presentó en sociedad la nueva publicación- gracias a la proyección del biopic dedicado a la artista que ella protagonizaba junto a Jonathan Pryce (este en la piel del escritor Lytton Strachey) y que dirigía Christopher Hampton, reputado (y hoy doblemente oscarizado) guionista de Las amistades peligrosas en el que fue su debut tras las cámaras. Una película estupenda, dicho sea de paso.
Y a qué viene esta batallita del abuelo, se preguntarán. Pues a que tres décadas después de aquel estreno, que sirvió para reivindicar la figura de Leonora Carrington a lo largo y ancho del globo, dos novelas gráficas concebidas desde distintas latitudes y que coinciden en las librerías especializadas en cómic se han propuesto traer a la actualidad de nuevo la memoria de esta pintora surrealista. La primera en llegar a las mesas de novedades ha sido Armada de locura, la biografía que le han dedicado Mary y Bryan Talbot. Este matrimonio, formado por una académica de prestigio internacional y un reputado autor de historietas con una larga carrera en solitario a sus espaldas (suyos son títulos ya míticos del cómic británico como Las aventuras de Luther Arkwright, El corazón del imperio o Historia de una rata mala), ya habían parido hasta la fecha obras como La niña de sus ojos, Sally Heathcote, sufragista o La Virgen Roja; títulos todos ellos dedicados de forma total o parcial a personajes femeninos de cierta relevancia en la historia de la cultura, la política y la sociedad de tiempos pretéritos.
Por lo tanto, este nuevo relato biográfico escrito una vez más por Mary M. Talbot se integra en lo que podríamos considerar una serie de obras de temática feminista y carácter reivindicativo pero cuyos autores en ningún momento supeditan la calidad artística per se a su valor divulgativo. En este caso, la visión de la guionista -apoyada a la perfección por el arte del responsable de Alicia en Sunderland- pasa por ofrecer una mirada lírica imbuida de metáforas visuales sin renunciar por ello al rigor histórico. Así, este repaso completo por la vida de su protagonista abarca desde los años de niñez en su Inglaterra natal hasta su fallecimiento durante su retiro en México; en un recorrido estrictamente cronológico que cuenta con un reparto de excepción: no podía faltar, claro, el pintor Max Ernst, que fue su pareja sentimental durante años y que la aproximó a los movimientos de vanguardia en general y al círculo de los surrealistas en particular; por ello, también aparecen en sus páginas André Breton, Paul Éluard, Marcel Duchamp o los pintores españoles Pablo Picasso y Salvador Dalí... por citar solo algunos nombres de una larga nómina de personalidades de relumbrón que viene a demostrar con creces la indudable relevancia histórica de un personaje muchas veces acallado, tanto durante su vida como después de su muerte.
Y ya que hablamos de Picasso y Dalí, es de justicia señalar que durante su paso por la España franquista fue cuando Leonora Carrington vivió uno de los momentos más dramáticos de su vida: sufrió una terrible violación (perdón por el epíteto) y fue recluida en un sanatorio para enfermos mentales en Santander. Este episodio, mostrado con gran crudeza por los Talbot, es el núcleo central de la segunda novedad editorial centrada en nuestra protagonista de hoy: Leonora Carrington en España es el título del libro que la ilustradora y diseñadora gráfica María Luisa Fruns ha dedicado a tan oscuro momento vital y donde, renunciando a algunos de los elementos más básicos del lenguaje del cómic (la disposición en viñetas, los bocadillos de diálogo, etcétera) y respondiendo a su labor de documentalista, construye una suerte de libro ilustrado en formato apaisado que puede leerse como un documental con voz en off dibujado en lugar de filmado. La obra resultante, que nació como un encargo pero que la dibujante española convirtió en un trabajo personal, es de un gran atractivo conceptual y acaba por constituir una obra tan recomendable como la pergeñada por la pareja responsable de la igualmente comprometida novela gráfica Lluvia.
Para terminar con esta nota, solo me resta comentarles que precisamente los Talbot serán los invitados de excepción del inminente Salón del Cómic de Valencia, a celebrarse los días 1, 2 y 3 de marzo, y a donde acuden con la biografía de Leonora Carrington bajo el brazo. Pero ni que decir tiene que no estarán solos: la nómina de autores presentes en el evento es larguísima, y espero recomendarles otros de los títulos que allí se presentarán en breve. Así pues, permanezcan atentos a sus pantallas.
Armada de locura. Leonora Carrington, la última surrealista y Leonora Carrington en España están editados por La Cúpula y Turner respectivamente.