Carta a unos listillos de los cojones
Desde hace días no se escribe ni se habla de otra cosa en los medios, desde los más conservadores hasta los más progresistas. Los famosos papeles de Bárcenas han dinamitado el panorama político porque el hombre, ahora en la cárcel, dice que va a tirar de la manta, cuando se ve arrinconado y abandonado por sus antiguos y leales compañeros. Su encarcelamiento ha supuesto una ley marcial en las filas del PP, un enroque de la cúpula y del Gobierno y un mensaje unánime y hartamente generalizado: la única contabilidad es la del PP, colaboramos con la Justicia y somos los primeros en despejar toda sombra de duda.
Pues estoy en condiciones de afirmar que los papeles de Bárcenas son reales y paralelos a la contabilidad del PP, que sus dirigentes no colaboran con la Justicia y además se niegan a comparecer en los órganos representativos para dar explicaciones, y que la sombra de la duda, cada día que pasa, es más alargada. A mí ahora lo que menos me preocupa, sinceramente, es si muchos dirigentes populares han cobrado en B, es decir, en dinero negro. Si esto ha ocurrido ya saldrá a la palestra con las consecuencias judiciales pertinentes. Lo que más me indigesta es que los altos cargos del PP decían antes que bajo ningún concepto habían recibido sobres, lo negaban sí o sí y dejaban entrever que era cosa de una venganza personal de su extesorero.
Ahora, sin embargo, acorralados por las evidencias, admiten que sí cobraron sobresueldos, pero que todos ellos eran legales y declarados en Hacienda. Este reconocimiento es, sin duda, tan clarificador que da un vuelco al convulsionado tema, pues ya no es tan importante que recibieran gratificaciones furtivas e ilegales, sino que asuman con naturalidad que aceptaban sobresueldos. O sea, que los que nos han dicho por activa y por pasiva que los demás, nosotros, vivíamos por encima de nuestras posibilidades, los que han decretado una Reforma Laboral liquidando unos derechos conquistados, los que han aplicado recortes brutales en Cultura, Sanidad y Educación, los que van a impulsar una Reforma de las Pensiones para empobrecernos aún más, resulta que recibían sobresueldos sin ningún asco.
Señores dirigentes del PP, ¿saben lo que esto significa? Que ustedes están dando la razón a los que piensan que muchos políticos acceden a la política con el único propósito de forrarse. ¿No tienen suficiente con sus hermosos salarios? ¿Acaso están disconformes con que sus dietas, desplazamientos, alojamientos, coches oficiales y seguridad no están bien pagados? ¿Es que no llegan a final de mes, capullos angelicales? ¿No piensan que su ejemplo es un mensaje envenenado a los ciudadanos de a pie? ¿Son incapaces de reflexionar por un instante? ¿No comprenden que con comportamientos así su ostentosa mayoría parlamentaria la van a perder en un santiamén?
¿Se presentaron ustedes para servir al país o para beneficiarse de él? ¿Se colocaron en sus poltronas para aumentar sus cuentas corrientes o para dignificar el trabajo del político? ¿Consideran la política una vocación o una profesión? ¿Ven normal recibir pluses cuando a la población se los quitan? ¿Creen que las gratificaciones extra que reciben no merman la economía de las arcas públicas? ¿Están convencidos que su solidario ejemplo no cabrea a la sociedad? ¿Creen que su comportamiento va a satisfacer la legítima pregunta de sus votantes? ¿No han pensado que muchos políticos populares vascos vomitan con sus bondadosas retribuciones mientras ellos se juegan la vida por un salario de mierda?
¿Qué se han creído? ¿Qué son el ombligo del mundo? ¿Los salvadores de España? ¿Los que exigen a los demás esfuerzos y cinturones apretados pero son incapaces de dar un mínimo ejemplo?
Si el dinero que han recibido es en negro son unos sinvergüenzas, si los sobres son en blanco unos embusteros. En cualquier caso son ustedes unos listillos, de bolsillos llenos pero impresentables.