Carta abierta a López Amorós
En Orihuela, estimado José Francisco López Amorós, amigo Pepe, aún holgazanea el verano. Hoy hace viento de poniente y quema el sol descendiendo por el Segura socarrando cañas que serán, secas, bardomera en las riadas. Y desde la amistad te escribo:
Conociéndonos como nos conocemos, porque muchas veces he seguido tu ritmo, no habrás pensado que ante lo tuyo iba a hacer como ese trío de monos que actúan uno no oyendo, otro no viendo y otro no diciendo. Que aunque algunas interpretaciones los ven sabios o místicos, y les atribuyen agudas inteligencias, yo no amo el silencio. Y me gusta ver y escuchar. Si he callado hasta hoy, no es porque no he visto ni he oído, sino porque he querido respetar los tiempos que os marcasteis en el Partido para decidir. No siendo militante, meter mojada, me parecía gorronear mesa ajena. Pero que sepas que he oído que te he oído y que he visto que te he visto. Y hoy hablo. Bien sabe de mi desvelo contigo el amigo Pedro Hernández Valdés que también ha vivido con expectación tu salto a la vida pública en circunstancias difíciles, como hacen los audaces.
Conocemos el sabor de la derrota. Es amargo. La vida nos brinda con frecuencia fracasos. Pero también éstos nos educan. La frustración de nuestras ilusiones no debe hacernos desistir, sino crecer valorando en qué nos equivocamos, afirmando nuestras convicciones, revisando nuestras imperfecciones para evitarlas, apuntalando nuestras virtudes. Como te conozco bien, sé que después de esta experiencia seguirás, aun lo grande que eres, creciendo. Como sé que si verdaderamente hay inteligencia en el PSOE local, y tú no te cansas, no habrán de marginar tus intenciones. Conozco algo a Carlos Beltrán y lo sé tan trabajador como dialogante y por bien de todos será necesario sumar. Esto creo. La Constitución española atribuye un papel importante a los partidos para la canalización de la participación ciudadana. Espero que la tanta ejecutiva, leches y disciplinas no embocen esa participación que aleja a muchos ciudadanos de militancias. Me resultó simpática tu intervención de 25 de agosto cuando decías que "este partido necesita abrir las ventanas para que entre una ola de aire fresco", porque es frase que recuerda la voluntad del Papa Juan XXIII para la Iglesia con el Concilio Vaticano II. Aire fresco. Necesariamente.
Amigo Pepe, hemos vivido tanto en la carretera como en el blues del autobús, hemos disfrutado tanto escuchando tanta música tantas noches en la casa de tu cuñado Antonio, hasta la madrugada, para que yo te vea hundido. De nuestros años compartidos conozco tu tesón. Entonces, teníamos para el ejercicio de la ciudadanía un referente importante, el de Paco Mira. ¡Qué lástima que la puta muerte nos lo arrebatara tan pronto y no pudiera seguir enseñándonos toda la bondad que tenía! Algún día la Villena roquera tendrá que ser homenaje a Paco que tanto bueno nos contagió.
¿Lo tuyo?... Que sea como tú quieras. Pero que no te cambie. Por Victoria y Victoria.