Escuché en la radio algunos fragmentos de la lectura del mensaje. El texto proclamaba al viento el trigésimo aniversario de nuestro ayuntamiento en democracia. No de existencia ni de cambio de emplazamiento, sino de comportamiento demócrata. La cosa funciona como cuando alguien celebra que lleva tres años sin fumar, sólo que en este caso se trataría de estar treinta años sin
dictar
sin mandar
sin imponer por fuerza
sin ordeno y mando
; es decir, gobernando en busca del consenso.
No entraremos aquí en ciertos detalles ni ejemplos, en las celebraciones siempre es mejor recurrir a la alegoría, a los sentimientos puros, a los ideales. La celebración puede llegarnos al escuchar las diferentes voces que leyeron el texto. Sin distinción política, ni sexista, ahora un concejal, ahora una concejala, ahora otra concejala, construyeron en el aire un único mensaje, como si de una única voz se tratara (voces juntas pero no revueltas).
En los tiempos que corren nada mejor que una buena loa a la democracia. Incluso la televisión parece opinar así ensalzando la figura real y la democracia con mini series sobre el golpe de estado o en frustrado asesinato del rey. Debemos de recordar siempre que esta vida del bienestar nos viene dada por nuestra vida en democracia. Por eso debemos de aceptar lo bueno y lo malo, como en el matrimonio católico. Pero bueno, para que la cosa no quedara en palabras, dijeron en la radio que se plantaron treinta árboles como quien planta treinta velas en una tarta de cumpleaños (no sé si los cuarenta años se celebrarán plantando un árbol gigante con el número cuarenta bien grande colgado de una de sus ramas).
Entre el grupo protagonista hubieron declaraciones de lo más variopintas al ser cuestionados por sus hábitos de plantación arbórea: desde quienes suelen hacerlo, a quienes lo hacían pero lo habían dejado, hasta quienes nunca habían plantado un árbol. La acción además de productiva (mejor plantar treinta árboles que soltar treinta palomas), fue recomendada a la ciudad por la alcaldesa. Y esto es en resumen lo que nos han contado del acto. Nada que ver con lo que supimos de la marcha por la igualdad. Allí, en cuanto a medios de comunicación parece que no acudió ni el Gabinete de Prensa del Ayuntamiento (en sustitución del Tato). Pero mejor no entrar en detalles hasta que nos llegue la respuesta por escrito (fórmula que en los últimos plenos parece el comodín del público de la Sra. Lledó). Pero, punto y aparte, sería injusto no dejar caer unas palabras de ánimo al personal y asociaciones participantes en la Feria de la Salud y es que el tiempo (el clima) no atiende a ruegos, nunca llueve a gusto ni de todos ni de todas.
