Apaga y vámonos

Chapuza en Colache

No sé ustedes, pero yo tengo la sensación de que, conforme avanza la legislatura, nuestro equipo de gobierno, en lugar de ir rodándose y funcionando cada vez más como un bloque, actúa justo al revés, convirtiéndose esto por momentos en un “sálvese quien pueda”, lo cual sería muy normal a dos o tres meses vista de unas elecciones, pero no lo es tanto cuando aún quedan dos años y medio para que nos dejen votar otra vez.
El último ejemplo de esta descoordinación y falta de miras comunes lo tenemos con la chapuza en que ha acabado convertido el proyecto del edificio socio-educativo de la Plaza de Colache, un fiasco tan grande como la inocencia de quienes piensan que ese es el lugar indicado para instalar cualquier servicio público que no sea una comisaría de Policía o un cuartel de la Guardia Civil.

Diga lo que diga la concejala responsable del Plan Revita y el Casco Antiguo, Mercedes Menor, la subvención se ha perdido porque el edificio no se ha terminado dentro del plazo exigido por el Ministerio (ni dentro de la prórroga al plazo original solicitada en su día). Supongo, espero y deseo que finalmente los ciudadanos de Villena no tengamos que pagar la chapuza de nuestros gobernantes (incapaces de sacar adelante en año y medio un proyecto que ya estaba hecho cuando llegaron al poder), más que nada porque el Ministerio va a hacer todo lo posible para evitar decirle a la UE (que son quienes pagan) que los españoles somos tan burros que, a pesar de la crisis de caballo que estamos sufriendo, vamos desperdiciando alegremente el dinero que nos dan nuestros socios europeos.

Aún así, por mucho que finalmente Madrid haga la vista gorda y Bruselas afloje la pasta, considero que la nefasta gestión de nuestros gobernantes es de una gravedad tal que aquí debería asumirse alguna responsabilidad de cara al público, en lugar de echar la culpa al compañero en privado, que es lo que está pasando en realidad, porque Menor –Casco Antiguo, Revita, Los Verdes– recuerda cada vez que tiene ocasión que el proyecto constructivo está bajo el mando de Carlos Beltrán –Urbanismo, PSOE–, que a su vez lamenta la actuación de la empresa adjudicataria de la obra, Cobra Instalaciones y Servicios, lo cual no deja de tener su guasa, más que nada porque su contratación no ha sido obra del Espíritu Santo, sino de la junta de gobierno de Villena, donde huelga decir que PSOE, Verdes y VCD tienen mayoría absoluta.

Y mientras tanto, el alcalde y el concejal de Hacienda contándonos milongas sobre el presupuesto 2013, el IBI y la Biblia en verso, incapaces de reconocer que no pueden aprobarlo hasta que no sepamos si la ineptitud de sus compañeros nos va a obligar a pagar 60 millones de pesetas no previstos por levantar un edificio mal ubicado, que nadie ha pedido y que aún no sabemos para qué coño va a servir.

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