Ciudadanía de a pie
Decía la Otero durante sus veinte minutos de conversación diaria con Alsina que en cualquier caso el tema de la retirada de tropas de Kosovo no era algo que preocupara demasiado al ciudadano de a pie (ella dijo ciudadano de a pie). Decía que no era un tema para las colas del pan o para los viajes en ascensor. En cambio, decía, si supiéramos el dinero que las arcas nacionales destinan al mantenimiento del destacamento español en dicha posición, entonces sí habría un clamor popular a favor de la retirada de nuestras tropas, y más todavía a día de hoy con la que está cayendo.
De la retirada de nuestras tropas de Kosovo sólo diré que cuando escuché que Bernardino León, secretario general de la Presidencia, viajaba a Estados Unidos para informar a Obama del asunto pensé que bien podría haber informado primero aquí y luego ir donde hiciera falta. Y de lo oído en el programa de la Otero me quedé con una pista. Con un planteamiento: Si supiéramos (la ciudadanía de a pie). Si supiéramos pensé, los medios de comunicación se verían abocados a las EREs: estarían de más las creativas y adocenadas mentes contratadas para las tertulias, serían impensables los programas basados en la instigación, la manipulación, la fabricación de infundios y la elaboración de imposibles puzzles de piezas encajadas con tijera. Si supiéramos ha sido la chispa que ha inspirado miles de novelas de ficción. Si supiéramos es un condicional que provoca inquietud a cualquier institución de gestión pública porque saben que detrás se encuentra una acción subordinada encabezada por entonces. Pero permítanme jugar con el encabezado y yo les dejaré jugar con el entonces.
Imaginemos nuestro ánimo si supiéramos el coste total para nuestras arcas de la Plaza de los Toros así como el resultado final del proyecto. Si supiéramos cuáles fueron las negociaciones que llevaron al señor Peralta a incorporarse a las Comisiones de Gobierno tras la renuncia y/o expulsión de sus compañeros/as, cuáles las que todavía se establecen entre la señora Lledó y el señor Abellán. Si supiéramos qué cartas se esconden bajo el titulado Duelo al sol, donde en apariencia se juega con un castillo construido en el aire con cimientos de fechas sin determinar, papeles a medio firmar y datos escondidos bajo un manto de proyectos en estudio. Si supiéramos el tonelaje de basura que entra en nuestra ciudad y supiéramos cuál es el límite permitido. Si supiéramos el coste que las barreras de la calle de la Virgen suponen a nuestras empresas o cuál será el futuro de nuestras vías. Aunque por otro lado, ¿qué sería de nosotros/as si supiéramos? Y lo que es peor ¿qué es de nosotros/as cuando en ocasiones sabemos y olvidamos el entonces?