Si la semana pasada les recomendaba como lecturas estivales algunos cómics de esos que te explotan la cabeza por aquello de transitar por territorios extraños repletos de proposiciones inesperadas, hoy toca todo lo contrario: hablar de obras que ayudan a reconstruir el pensamiento propio interpelando al lector mediante la recuperación de episodios más o menos concretos de la historia de la filosofía y de un buen puñado de los hombres (y muy especialmente de las mujeres) que la habitan.
Aunque los tres cómics que protagonizan esta columna hacen gala todos ellos de un sentido del humor muy de agradecer, empezaremos por el título más serio de los tres, debido sobre todo a su indudable voluntad divulgativa: Libres para pensar en una antología ideada por el editor Jean-Philippe Thivet que recopila diez historias centradas en otras tantas mujeres cuyas figuras se ven reivindicadas en sus páginas, poniendo así de manifiesto la necesidad de repensar no ya la historia de la filosofía, sino la historia de la humanidad, a partir de una metodología alejada de las imposiciones interesadas del patriarcado. La nómina de pensadoras, recogida en la obra en estricto orden cronológico por fecha de nacimiento, es la que sigue: Cleobulina, Hipatia de Alejandría, Sei Shönagon, Hildegarda de Bingen, Christine de Pizan, Gabrielle Suchon, Louise Michel, Nathalie Sarraute, Simone de Beauvoir y Etty Hillesum. Quizá recuerden que de al menos un par de ellas ya disponíamos de sendas novelas gráficas específicamente consagradas a relatar sus vidas personales y profesionales: el matrimonio formado por Mary y Bryan Talbot le dedicaron La Virgen Roja a Louise Michel, mientras que la autora de El segundo sexo protagoniza una novela gráfica que les recomendé a comienzos de este mismo año y donde no quedaba (como solía venir pasando) a la sombra de Jean-Paul Sartre. Y si hablamos de películas, algunos de ustedes tal vez hayan visto Ágora y Visión, los filmes dirigidos por Alejandro Amenábar y Margarethe von Trotta y centrados en la astrónoma y matemática Hipatia y la santa Hildegarda respectivamente.
No obstante, es digno de todos los elogios que una obra como esta recupere nombres mucho más olvidados como los de la poetisa griega Cleobulina y su defensa de los acertijos como puerta de acceso al razonamiento, la escritora japonesa Sei Shönagon y su querencia por la belleza de las cosas pequeñas y frágiles, o la artesana del libro italiana Christine de Pizan y su filosofía basada en el orden como vía hacia la sabiduría (o viceversa); o incluso que reivindique las posturas filosóficas de alguien como la casi centenaria Nathalie Sarraute, mucho más conocida por su faceta de novelista adscrita al nouveau roman. Porque, más allá de los valores estrictamente artísticos (que indudablemente los tiene) de las diez historietas urdidas por el mencionado Thivet, Anne Idoux, Jérôme Vermer y Marie Dobuis -los cuatro, guionistas; la última, dibujante-, lo más interesante del presente volumen es que ofrece la posibilidad de descubrir a determinadas autoras y a sus respectivas obras de forma que el lector se pueda acercar a nuevas propuestas de las mismas o ajenas. Estamos pues ante una de esas provechosas lecturas que se abren a otras que vendrán después.
Mucho más jocoso es el tono de Humana, demasiado humana: no en vano su autora, la siempre recomendable Catherine Meurisse, fue miembro de la redacción del semanario satírico galo Charlie Hebdo. Tal y como ya se aproximó a los anales de la literatura francesa en La comedia literaria y a la historia del vínculo entre escritores y pintores en Le pont des arts, esta autora de producción recomendable de principio a fin se centra aquí en la historia de la filosofía con su característica mirada desmitificadora y su reconocible estilo caricaturesco: de hecho, la obra se abre con una “depilación metafísica” en la que la propia Meurisse, o su sosias gráfico habitual, tiene una cita con el mismísimo René Descartes; para seguir luego con figuras del pensamiento universal de todos los tiempos, desde Heráclito, Aristóteles, Sócrates o San Agustín hasta llegar a los más contemporáneos Emil Cioran, Hannah Arendt, Gilles Deleuze o Jean Baudrillard, pasando por Diderot, Voltaire, Maquiavelo, Pascal, Hegel, Kant o Nietzsche. Tampoco faltan figuras vinculadas a otras disciplinas susceptibles de incluirse en el universo de las ideas como las del padre del psicoanálisis Sigmund Freud, el economista Karl Marx, el naturalista Charles Darwin o el escritor Marcel Proust. Todos ellos, y otros muchos más que no cito aquí, se ven convocados en una antología de historietas breves (todas en formato de dos páginas) que la autora de La joven y el mar aprovecha de paso para, de forma más sibilina que los responsables de Libres para pensar, mofarse de la hegemonía masculina en el mundo del pensamiento. En resumidas cuentas: una obra muy recomendable... Como todo lo que firma Meurisse, vaya.
Y terminamos las recomendaciones de hoy con una obra tan particular e inclasificable como Cómics existenciales. ¿Recuerdan el partido de fútbol que enfrentaba a filósofos griegos y alemanes en uno de los sketches más celebrados de los míticos Monty Python? Pues precisamente ese es el tono de este webcómic creado en 2013 y del que ahora se recopila una contundente selección en formato impreso; más de trescientas páginas en las que Corey Mohler reúne a un espectacular reparto de la historia de la filosofía: nada menos que ciento cuatro nombres (sí, me he tomado la molestia de contar el índice final del libro) entre los que incluye nada menos que a Dios. Baste este pequeño pero divino detalle para subrayar el tono satírico y desenfadado de la obra; donde la mayoría de filósofos citados, sin ir más lejos, en la obra de Meurisse y otros muchos más protagonizan una antología de historietas de extensión dispar que parodia autores, libros, películas y otros conceptos de la cultura (popular o no) sin perder de vista las principales características del pensamiento de sus diferentes protagonistas. De este modo, en dos historias distintas Albert Camus se convierte en un “agente existencial” al estilo de James Bond y es atacado por una vampiresa, Hegel o Marx se transforman nada menos que en criaturas pokémon o diversos filósofos protagonizan remakes de clásicos del cine como Rebelde sin causa o Doce hombres sin piedad y series de televisión como Seinfeld o Sexo en Nueva York. En definitiva: una obra que, al contrario que Libres para pensar, carece en principio de intención divulgativa (aunque, como la de Meurisse y sus apuntes a pie de página, también sirve para eso si se acude al aparato de notas al final); y que sin duda está más orientada a aquellos lectores que ya tengan un bagaje considerable a propósito de la historia de la filosofía y les apetezca revisitarla en clave de humor.
Libres para pensar. Diez mujeres, diez vidas filosóficas, Humana, demasiado humana y Cómics existenciales están editados por Garbuix Books, Impedimenta y Stirner respectivamente.