Abandonad toda esperanza

Vidas ilustres (y 2)

Abandonad toda esperanza, salmo 624º
Como lo prometido es deuda, la presente columna está dedicada también a otros tres cómics biográficos. Pero al contrario que la anterior, en la que las obras comentadas trataban temas muy cercanos a mis intereses -la pintura, la historieta y muy especialmente el cine-, en esta ocasión voy a recomendarles tres cómics de contenido más alejado de mis aficiones... sobre todo en uno de los casos.

Porque, ¿hay algo más apartado de mis gustos que el atletismo? Pues si me pongo a buscar seguro que encuentro algo, pero ese no es el asunto ahora mismo y supongo que ustedes entenderán lo que quiero decir. Y es que, por lo tanto, ¿qué interés podía tener para alguien como yo un cómic dedicado a Emil Zátopek? En principio podría parecer que poco, porque aunque ya sabía de la existencia de este corredor checo especializado en pruebas de fondo, tampoco había tenido nunca la curiosidad por investigar más sobre su figura. Pero una vez leído este relato gráfico sobre su vida (que, ojo, coprotagoniza su pareja la también atleta Dana Ingrová), no me queda otra que elogiar la labor de los dos autores que han sumado sus esfuerzos para homenajear a su compatriota "La locomotora humana": el guionista Jan Novák ha conseguido sintetizar toda una vida de dificultades y superación y el marcado contexto histórico en el que aquella se desarrolló en menos de doscientas páginas, que se leen con sumo deleite incluso por parte de los profanos en la materia; y el dibujante Jaromír 99 (conocido por estos lares por su adaptación de El castillo de Kafka) logra con una paleta de colores muy reducida y en tonos pálidos un trabajo de gran expresividad. La suma del trabajo de ambos da como resultado un álbum espléndido.

Al igual que en la obra anterior, la que quiero recomendarles ahora es también un cómic estupendo... y el protagonismo es compartido de nuevo por dos personajes que fueron pareja sentimental. Y no podía ser menos tratándose de una biografía de Jean-Paul Sartre, donde aquella máxima algo rancia ya que afirmaba que "detrás de todo gran hombre siempre hay una gran mujer" se queda muy corta dado el papel que jugó en la vida de aquel la escritora Simone de Beauvoir. De hecho, las autoras Mathilde Ramadier y Anaïs Depommier han construido el recorrido vital del autor de La náusea a partir de textos de ambos, que se diferencian entre sí mediante cartelas de colores distintos. Y es a partir de los testimonios de uno y otra que se recorre la historia de sus protagonistas principales y también de buena parte de la Europa de la segunda mitad del siglo XIX y casi todo el siglo XX, con un breve epílogo dedicado al multitudinario funeral de Sartre en 1980. Entre un momento y otro, el relato de formación y consolidación de un pensamiento, el del considerado como filósofo existencialista por antonomasia; y donde se disfruta de una nómina de secundarios de lujo -como Boris Vian, André Malraux, Jean Genet o el inevitable Albert Camus- que da fe del empaque intelectual de su personaje principal. Por lo demás, insisto en que considerar a la autora de El segundo sexo una presencia secundaria sería faltar a la verdad; a la verdad del cómic y también a la histórica.

Para terminar, y a pesar de lo dicho anteriormente, voy con una obra de temática más cercana a mis aficiones. Y es que aunque servidor no sea precisamente un melómano, no le hago ascos a una buena canción de rock. Por eso no me perdí el concierto que dio Marky Ramone, el único superviviente de los míticos Ramones, en la ciudad de Gijón en el ya lejano 2007 (aunque como suele decirse, esa es otra historia); y por eso también me he acercado con gran curiosidad a la novela gráfica que le han dedicado a la mítica banda neoyorquina Bruno Cadène, Xabier Bétaucourt y Éric Cartier. Los dos primeros se han encargado de armar un guion que viaja adelante y atrás en el tiempo echando un vistazo a la adolescencia de los miembros del grupo y alcanzando hasta su disolución a mediados de los años noventa. Por su parte, y aunque es tan francés como sus compañeros, Cartier dibuja en blanco y negro haciendo gala de un estilo más cercano a buena parte del cómic indie norteamericano; lo que resulta muy apropiado dada la temática de la obra. Y como en el caso de Sartre, ojo con los cameos: los hay explícitos (los de Iggy Pop y The Stooges, The Clash o Sid Vicious y los Sex Pistols), los hay más discretos (Deborah Harry, cantante de Blondie)... y creo que los hay apenas sugeridos, porque juraría que por los pasillos del hotel Chelsea se ve caminar a William Burroughs.

Para terminar, y al margen de subrayar el gran interés de las tres obras comentadas, solo me queda añadir que todas ellas, al igual que las tres de la semana pasada, cuentan con un aparato de notas final que acredita el rigor de la investigación de sus respectivos autores. Y es que el cómic, a pesar de lo que piensan algunos y del origen etimológico del término, puede ser algo muy serio.

Zátopek, Sartre y One Two Three Four Ramones están editados por Aloha!, Oberon y Dibbuks respectivamente.

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