¿Cómo pagan los españoles? Análisis sobre los medios de pago en España y el lugar que ocupa el efectivo
Aunque un 60% de las personas aprovecha el efectivo con cierta regularidad, su uso está en declive

El 28 de abril hubo un apagón que puso de manifiesto la “efectividad del efectivo”. Sin datáfono, sin medios de pago por internet, sin conectividad para hacer transferencias o bizum y sin luz en los locales comerciales, pagar con otra vía que no fuera metálico era imposible.
Sin embargo, aunque un 60% de las personas aprovecha el efectivo con cierta regularidad, su uso está en declive. La comodidad y seguridad que ofrecen otros medios de pago como las tarjetas de crédito y las transferencias hacen que su uso esté cada vez más extendido.
¿Algún día las nuevas generaciones desconocerán para qué sirve una moneda? Lo analizamos en las siguientes líneas.
El “plástico”, un método casi universal
El método de pago más usado en España, por lejos, son las tarjetas de crédito y de débito. Sea para pagar una sesión de juego en un casino online con blackjack y ruleta o para comprar unas bambas por Internet, el pago con tarjeta es una de las formas más seguras y rápidas de lograr el objetivo.
En lo que se refiere a pagos cara a cara, este medio también es sumamente adoptado, sobre todo gracias a los sistemas “contactless” que implican que la persona ni siquiera tiene que pasar o ingresar el plástico en una máquina, basta con acercarlo al datáfono para hacer la transacción.
Por todos estos motivos, un 90% de los consumidores españoles usan tarjetas de débito y el 60% tiene también una tarjeta de crédito. La comodidad de poder hacer una compra de un euro o de quinientos con un elemento de bolsillo es simplemente incomparable, por eso las tarjetas son de lejos el método más usado, en particular entre aquellos que tienen entre 25 a 44 años.
¿Por qué algunos comerciantes no aceptan tarjeta?
Aunque son un método de pago muy requerido por los clientes, algunos comercios no las aceptan. El motivo principal es porque ninguna ley los obliga, por lo tanto están en su derecho a no aceptar este método de pago.
La segunda razón más evidente es el factor de la economía sumergida. Los locales que operan únicamente en efectivo, en particular en el sector de la hostelería, pueden declarar únicamente una parte de los ingresos, ya que no hay contabilidad bancaria que demuestre que han facturado más.
Sin embargo, no todo es hacer trampas a Hacienda. Muchos pequeños negocios, especialmente en zonas rurales o económicamente menos desarrolladas, evitan el uso de tarjetas debido a las altas comisiones bancarias y los costos administrativos asociados.
Estas comisiones, aunque parezcan mínimas, pueden afectar significativamente los márgenes de ganancia de los comercios más pequeños en España.
Finalmente, la cultura del efectivo, especialmente entre personas mayores, también contribuye. En regiones como Castilla y León, donde la población está envejecida, muchos clientes prefieren pagar en efectivo, y los comercios se adaptan a esa preferencia.
El efectivo a la baja (salvo durante apagones)
De acuerdo a datos publicados por el Banco de España, aunque el efectivo haya sido el rey de los pagos, está en declive. Un 60% de los españoles lo usa ocasionalmente, pero no es el método en el que piensan primero a la hora de hacer una compra.
Los pagos sin contacto promovidos durante 2020 obligaron a más y más gente a pasarse a los medios digitales, todo esto sin mencionar que es engorroso pagar con efectivo para hacer compras por Internet, ya que se necesita siempre un intermediario.
Sin embargo, el último apagón puso de manifiesto que el efectivo, ese método inventado por las primeras civilizaciones humanas, sigue tan vigente como siempre cuando todo lo demás falla. Por eso, más de un “millennial” y “centennial” tomó conciencia sobre la importancia de tener al menos algunos euros guardados en casa o en la cartera.
Los mayores no necesitan que ningún evento extraordinario se los recuerde. El 77% de las personas mayores de 55 años en España sigue usando este método, también muy extendido en las áreas menos urbanizadas.
Pagos con el móvil
El móvil ya es prácticamente una extensión de la mano. Si no viaja en el bolso va en el bolsillo, pero de lo que no cabe dudas es que va con nosotros a todas partes. Semejante ubicuidad lo convierte en un medio de pago cómodo y práctico.
Servicios de pago móvil como Google Pay, PayPal y Apple Pay, entre otros, permiten a los más hábiles con la tecnología dejar la cartera en casa. Eso sí, cuidando que el teléfono esté suficientemente cargado, porque sino pagar será imposible.
Son sistemas que combinan facilidad en los pagos, rapidez y seguridad gracias a las medidas de autenticación biométrica, lo que refuerza su protección contra robos. Por esos motivos, el 45% de los españoles que tienen entre 18 y 35 han usado al menos una vez este año estos métodos de pago móviles. La cifra sigue creciendo.
¿Alguna vez las nuevas generaciones desconocerán para qué sirve una moneda?
Difícil. Aunque los pagos digitales están en su mejor momento y muchos prefieren pagar con tarjeta o móvil, el efectivo sigue siendo el plan B que nunca falla.
Cuando hay un apagón, el datáfono no funciona o simplemente necesitas pagar algo pequeño, las monedas y billetes siguen salvando el día. Así que, aunque usarlas sea cada vez menos común, olvidarlas por completo parece algo poco probable.