Vida de perros

Como todos

Puestos a pedir, así de pronto, también yo me voy a liar la manta a la cabeza con el tema de las Elecciones Europeas. Y así, cerca pero lejos de llegar a la mitad, tendré que destacar el escaso número de papeletas que Villena ha aportado a la urna estatal –algo mayor que la media pero todavía vergonzante como para felicitarse por ello–.
Y en todo este rifirrafe obligarme a recordar que la victoria del Partido Popular no da para ratificar ni la solidez del Equipo de Gobierno de nuestra ciudad, ni la idoneidad de la (re)construcción de la Plaza de los Toros, ni la inocencia de los cumplidos entre don Paco y el Bigotes, ni la devaluación en la escala moral de la pederastia respecto al aborto, ni mucho menos la consolidación de Mariano Rajoy como futuro candidato a la presidencia.

Parecería que en los pasados comicios la intención de voto en España se hubiera resentido tras los resultados de las votaciones de Eurovisión si no fuera porque la cosa ha ido prácticamente igual en el resto de Europa. No por eso creo ni quiero decir que nadie se ha enterado de nada ni que grosso modo el asunto nos importe tres pepinos a quienes pensamos tanto en la cesta de la compra como en aquellas míticas cenas bien regaditas de crianza de hace algunos años. Tampoco considero factible comparar a la población española con la de algún otro país europeo (imagino que cada Estado tendrá su propia cabeza de turco, no creo que en Letonia o en Finlandia existan movimientos pro-crucifixión de Zapatero como causante de la crisis).

De cualquier modo, la virulencia de los tiempos que nos ha tocado vivir también nos ha regalado frases de lo más insospechadas durante las semanas previas a las elecciones que, por su rigor, describen a ese pequeño porcentaje del saber popular: “Ésta (la Sra. Lledó) lo que tenía que hacer es preocuparse de lo que tiene en su casa (el Ayuntamiento) en lugar de hacer las elecciones de Europa”, o “…pues como las tías (candidatas) del Berlusconi no enseñen las tetas yo paso de votarle…”, o “lo único que vamos a sacar es que los mexicanos acaben jodiéndonos todos los jamones con la mierda de las gripes (referido a los comicios europeos, insisto), o “yo si es para España sí que voto, pero para los europeos… ¡que voten ellos!”, o “los chinos, de lo que hay que preocuparse es de los chinos”. Parece que al hablar de “las europeas” todo vale, por cierto: la portada de la pasada semana anunciaba el comienzo de las obras en la Plaza de los Toros, pronto podremos como nuestra vecina ciudad de Yecla suspender las corridas durante dos años por los impagos de algún empresario.

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