Vida de perros

Comparaciones

Pues sí. Repetimos este año. El tradicional Corte de la Miel de Ayora. Con el viejo Astra por la A-31. Estuvimos bien, pasamos un día agradable. Paseamos por la ciudad, tomamos unos montaditos en uno de los puestos de la Zona Gastronómica, bebimos un te moruno –nada como en el desaparecido Yerbabuena– en una de las jaimas levantadas entre las callejuelas del mercado medieval y compramos unos tarros de miel en la zona dedicada a la apicultura.
Sería fácil proponerse escribir medio millar de comparaciones donde tal o cual cosa se hace bien allí mientras que en Villena lo hacemos como el culo. Y/o viceversa. Pero no nos engañemos. También podríamos hacer lo contrario. Ensalzar las virtudes locales. Hasta el máximo. Más allá de la euforia. Hasta el optimismo. Sin estar en disposición de ver más allá, de aprender, de cambiar, de adoptar, copiar, plagiar, a favor de nuestra ciudad.

Y ya puestos diría que pasamos el día 12 en el Molí de l’Ombría de Banyeres de Mariola. Y que también allí se nos ocurrieron mil y una comparaciones entre lo que encontrábamos en aquel paraje frente a lo que nos encontramos en los parajes de Villena: espacios acondicionados donde disfrutar de la montaña y de la compañía. Medio millar de “mira aquello y dime si en Villena tenemos algo siquiera parecido”.

Por comparación, queridas personas, podríamos poner la balanza a favor de nuestra ciudad si dirigiéramos nuestras miradas hacia el desarrollo del tejido asociativo. Entonces Villena se descubre como una promesa al respecto. Y sin embargo, en atención a lo que vamos escuchando estos últimos días, descubrimos los problemas que sufre la Asociación de Coros y Danzas debido a la necesidad de una sede social, o los del Centro Juvenil Don Bosco condenado a una saturación de demanda.

Recuerdo que al respecto del caso del Centro ya escribí al entonces concejal, el señor Montilla, recriminándole que apostara por dejar caer todo el peso de las necesidades de pre-adolescentes y adolescentes sobre el Centro Juvenil en lugar de ir apostando por crear un nuevo servicio municipal destinado a dicho sector de la población. La saturación, probablemente provocada por los éxitos y las alabanzas que se han difundido sobre la labor del Centro, suele ser un peligro para una asociación que trabaja sin ánimo de lucro. Porque aceptar una excesiva demanda puede obligar a distorsionar las actividades que se realizan, y estas actividades responden a unos objetivos que igualmente pueden verse deformados. Entiendo no obstante que gran parte de las familias de nuestra ciudad busquen inscribir a sus hijas o hijos en el Centro visto que no existe si quiera un mínimo atisbo de movimiento por parte de nuestros dirigentes políticos para solucionar el problema. Madres y padres encuentran en el ayuntamiento lo mismo que los Coros y Danzas: oídos sordos.

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