Contribuyente
“El contribuyente es una persona que trabaja para el Gobierno, pero sin haber hecho las oposiciones a funcionario”
El diccionario de la RAE define al contribuyente, en su segunda acepción, como "persona obligada por ley al pago de un impuesto". Ronald Reagan, cuadragésimo presidente de los Estados Unidos de América, lo definió con acertada ocurrencia: El contribuyente es una persona que trabaja para el Gobierno, pero sin haber hecho las oposiciones a funcionario.
Al margen de la posible ironía con la que pueda entenderse ese trabajar para el Gobierno sin ser funcionario, si queremos servicios públicos de calidad ha de entenderse esa labor como colaboración antes que como imposición.
Si pretendemos una sociedad del bienestar en la que los individuos tengan garantizada una sanidad, una educación, unas infraestructuras, cultura, prestaciones… bienes fundamentales –y de calidad– al margen del poder adquisitivo de cada uno, tendremos que ser contribuyentes y trabajar para el Gobierno. Para que el Gobierno disponga de recursos que gestionar. Luego, será la responsabilidad del poder en sus diferentes ámbitos: local, provincial, autonómico, estatal, continental y mundial. La responsabilidad de gastar bien. Como la responsabilidad de articular sistemas fiscales que se ajusten al ideal del liberalismo primigenio, aquel que derogó los privilegios del Antiguo Régimen defendiendo la justa proporcionalidad entre riqueza y carga.
Si el gasto sensato y el equilibrio, los contribuyentes no sentirán esa sensación de expolio que con frecuencia sienten ante los tributos. Se sentirán, en derechos y deberes, ciudadanos. Qué tino el de María Moliner cuando para decir contribuyente precisó: "ciudadano de un país".