Control es Poder
Ni siquiera empujando a la garganta un segundo trago de vino resulta gracioso escuchar que a perro flaco todo son pulgas, dado el escenario socio-económico que nos ha tocado vivir desde el inicio del milenio. Y vale que aceptemos a regañadientes que si hemos llegado a esta dichosa situación ha sido por culpa de todos y todas (porque aún aceptándolo también podríamos pedir que cada cual se hiciera cargo de su porcentaje real de culpa lo que nos reiríamos entonces). Pero lo inaceptable es que nos inmiscuyan en un plan de recuperación que en ningún momento, ni siquiera ahora, conocemos, y que nos obliguen a creer que tenemos un compromiso con tal estrategia porque firmamos un cheque en blanco cuando participamos en la fiesta de la democracia el pasado 20-N.
Pero lo increíble es que quien prometió no subir los impuestos, además de haberlos subido, nos anuncie que cada viernes nos comunicará nuevas medidas: nuevos impuestos, tasas, etc., durante no sabe cuánto tiempo. ¿Ridículo? Sin duda. Tan grotesco como real. Las medidas, no obstante, parecen no ceñirse al terreno económico. Da la impresión de que metidos en harina y con la ciudadanía indignada, ya no les importa aprovechar la ocasión para seguir tocándonos las narices. ¿Qué importancia puede tener la penalización de manifestaciones pacíficas en la vía pública después de haberse cagado encima de los derechos que los trabajadores y trabajadoras han tardado lustros en conseguir? No resulta complicado, solamente hay que apostar por la estrategia ganadora, la de siempre: tener como aliados el miedo y la incertidumbre. Infundir pesimismo y desaliento. Argumentar cada medida como un castigo, como un cilicio, que busca redimirnos de nuestra culpa, de aquellos días de lujuria crematística.
Ha llegado la hora de poner todo bajo control. No sólo económico. Ha llegado la hora de comenzar a crear un mundo feliz donde las ovejas son felices pastando al sol mientras entregan su lana y su leche incluso sus crías o su carne a cambio de ese pasto y ese sol, a cambio de estar protegidas de los lobos. Y es un mundo posible. Claro. Sería tan fácil no pensar: no valorar críticamente, no opinar, obedecer, ser felices
Llegados al inicio de este posible camino no puedo dejar de alarmarme cuando escucho ciertas noticias. Como aquella donde a partir del incendio de un local juvenil, nuestro concejal Carlos Beltrán nos informa sobre el nacimiento de una nueva ordenanza. Nuevas medidas de control para mantener a nuestra juventud localizada, identificada y protegida. Y como de paso nombra la apertura del Espacio Joven, no como solución frente a su ordenanza, más bien como compensación a las secas medidas de control. Mientras tanto, todo está en marcha para la manifestación del 12 de Mayo, indignación sin respuesta.