Crónica de un fin de semana descomunal (o columna de negritas)
Tal y como anunciábamos, el pasado fin de semana resultó inabarcable. De modo que aún ausentándonos de las actividades programadas para la Semana Cultural del Barrio San Francisco, apenas hemos tenido tiempo para disfrutar las restantes. Y eso que comenzamos bien temprano el fin de semana, con el concierto que la Concejalía de Cultura, el Ampa del Conservatorio de Música y el Club de Jazz organizaron el viernes en el patio de La Tercia.
Un concierto que resultó un lujo tanto por la ubicación, un espacio acogedor que ha aparecido en Villena como de la nada, como por los grupos participantes, y digo grupos porque tras la actuación de Collage Brass Band comenzó la Jam Sesion sustentada por Smart Set Trio donde se sumaron colaboraciones tan interesantes como la de los villeneros Francisco Soler y Carlos Botella.
De modo que tras trasnochar hubo que madrugar, y después de un corto paseo y del intercambio de los libros del Señor S. en nuestra devaluada (por no cumplir los mínimos exigidos por Generalitat) bebeteca de la Biblioteca Miguel Hernández, acudimos al Paseo Chapí para presenciar la actuación matinal que ofrecía 8co80 a las puertas del Teatro. Allí, con un café con leche que no nos pagó, el Observador amenizó la espera con su grata conversación. Ya tras el magnífico espectáculo de danza algo me hacía pensar al tomar conciencia de dónde estaba, qué veía y en qué momento, que Villena era un lugar maravilloso, alguien propuso tomar unas cañas en el recién inaugurado Miguel Ángel antes de ir a comer el Arroz con Costra de la Tía Encarnita, lo que propició el feliz encuentro con Toño Martínez y Rafa Ferrándiz, quienes nos informaron de sus trabajos de producción musical y su colaboración con Juanjo Reig, el uno, y del concierto de Ingresó Cadáver en Madrid junto a Vírgen Líquida (grupo donde participa Rulo Pardo) el otro. El caso es que después del aperitivo y el arroz apenas quedó tiempo para dar un breve paseo por la Feria del Campo y salir corriendo hacia el teatro para ver Ti-me-ta-ble. Un espectáculo del que salimos (yo) maravillados y donde apenas hubo tiempo para interesarnos por la relación de la Asociación de Comerciantes con la presente Feria del Campo cuando nos cruzamos con su presidente, Jesús Martínez.
El domingo nos levantamos temprano, con los tres goles en Bilbao y la bicicleta de Mouriño. Sin tiempo nos tomamos los churros en el Keops y salimos corriendo hacia el Concurso de Habilidades Tractorísticas. Un evento que no solemos perdernos y cuyo circuito este año, como compensando la reducción soportó el año pasado por la lluvia, resultó muy motivador. Después sólo nos quedaron fuerzas para tomar un bocado en el puesto de la Asociación Vegetariana, siempre sugerente, y retirarnos al campo para ver, entre Pingüinos y Esponjas, la certera carrera de Alonso y el castigo por pecado capital de Hamilton.