Opinión

Cuánto cuesta la cuesta

Una encuesta sobre cuánto cuesta la cuesta de enero a los españoles desvela que nos cuesta un huevo, o mejor dicho, el otro, porque uno ya nos lo gastamos en Navidad. Tras pasar Reyes volvemos a la vida real, estrenamos calendario y en la primera página está enero, con sus treinta y un días, donde las letras de la hipoteca siguen descontándonos más de la mitad del sueldo cada mes y éste de enero no iba a ser una excepción. Como es de suponer la cuesta es hacia arriba, aunque nadie lo mencione nunca. En términos de ciclismo sería como una etapa de escalada.
Por si esto no fuera suficiente desnivel para afrontar este nuevo año después de los gastos extra que suponen terminar el año, nos encontramos con que los precios han subido y que los sueldos no, y encima seguro que hay algún gasto inesperado con el que no contábamos, bien se ha estropeado el coche, bien la calefacción o bien nos ha llegado una multa de las que a uno le ponen por aparcar mal en fechas navideñas. Si no fuera porque existen las pagas extra, para algunos, y los ahorros, para otros, sobrevivir a la famosa cuesta de enero sería imposible.

Cuando parece que todo está gastado y que la gente ya no quiere o no puede gastar más, llegan las rebajas. Es entonces cuando descubres que en el año en que los precios han subido de manera desorbitada en la mayoría de productos de primera necesidad las rebajas siguen teniendo el mismo éxito que todos los años. No voy a detenerme a criticar las rebajas, aunque bien podría: te cobran muchísimo menos y siguen ganando. Comprando en las rebajas no se ahorra, se ahorra no comprando antes. Ahora miramos al céntimo lo que nos gastamos, optimizamos al máximo lo que nos queda, aunque eso también lo podíamos haber pensado antes, pero como somos animales de costumbres la próxima vez volveremos a tropezar en la misma piedra. Al igual que pasa con todo lo que habíamos dejado para después de navidad con la excusa de que “no eran buenas fechas”, ahora se nos viene encima todo de golpe y por eso en enero la cuesta no se reduce sólo al terreno económico: también se hace cuesta arriba volver al trabajo (aquellos que tuvieron la suerte de abandonarlo), a los estudios y, cómo no, la vuelta a los gimnasios, esta vez sí, con un propósito serio de mejorar nuestra forma física. También lo tienen cuesta arriba los que prometieron dejar de fumar o aprender inglés, o los que han adquirido cualquier nuevo lastre para este nuevo año que estrenamos.

Todo cuesta y por lo visto en enero más, pero en verdad las dificultades económicas alcanzan a cualquier mes. Aun así si sienten la necesidad de seguir gastando pueden tomar una serie de medidas para evitar la tentación, como aprovechar para hacer una tarea larga y tediosa como podría ser hacer limpieza general, y como al final tendrán que hacerlo, a la hora de salir a comprar hagan una lista con lo estrictamente necesario y un ruta de las tiendas y no se salgan de la lista ni de la ruta. Por último rompan la tarjeta de crédito: ella es la culpable del estado de nuestros recursos económicos y todavía no ha terminado enero.

Seguro que algo queda para gastar, aquel dinero que le debían y con el que no contaba, algo que hayan rascado de la lotería del niño o cualquier fuente de ingreso inesperada es lo único que nos puede quedar, si no es así siempre les quedará el consuelo de que subir una pendiente inclinada adelgaza. Además, si les cuesta subir la cuesta de enero no se preocupen, porque en los centros comerciales hay escaleras mecánicas.

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