Si la semana pasada les recomendaba cuatro libros para regalar en estas fiestas navideñas, tal y como les prometí entonces hago lo propio ahora con otros tantos cómics ideales para disfrutar en estos días de invierno. Cuatro títulos, además, editados en un formato de auténtico lujo que se empiezan a disfrutar con tan solo hojearlos y ojearlos; no digamos ya una vez nos sumergimos en los relatos que albergan sus páginas.
El primero de ellos es Parker, que en dos volúmenes de peso (en todos los sentidos de la expresión) reúne las cinco adaptaciones que el malogrado Darwyn Cooke realizase de otras tantas novelas protagonizadas por el memorable personaje creado por uno de los maestros del género negro: Donald Westlake, que aquí firmaba como Richard Stark. Si el primer volumen incluía El cazador y La compañía, el segundo y último que acaba de ver la luz alberga El golpe, Matadero y El 7éptimo... además de más de cien ilustraciones inéditas hasta el momento; una mesa redonda con Ed Brubaker, Sean Phillips, Bruce Timm y Scott Dunbier sobre Cooke y Parker; y una historia totalmente nueva de diecisiete páginas firmada por Brubaker y Phillips, ganadores de varios premios Eisner y a la sazón uno de los equipos creativos más destacados del panorama actual. No me extenderé comentando el contenido de la obra porque ya lo hice cuando les recomendé encarecidamente el primer volumen hace justo un año precisamente por estas fechas y con el mismo motivo. Solo les diré que estamos ante un título imprescindible tanto para los fanáticos del noir como para los amantes del mejor cómic; y qué duda cabe de que este puede considerarse como uno al llevar la firma de un gran artista que nos dejó antes de tiempo, demasiado antes, y que aquí firmó la que probablemente sea su obra maestra.
Al contrario que Parker, la colección que todavía no ha terminado aquí pero que ya cuenta con un primer volumen sumamente recomendable es Madman, la creación más personal de otro autor que como Cooke hace gala de un estilo reconocible al primer vistazo: Michael Allred. Quien le diese la vuelta a la franquicia mutante de Marvel Comics de la mano del guionista Peter Milligan en X-Force y X-Statix (un material que acaba de empezar a reeditarse, por cierto), creó hace ya más de tres décadas a este particular superhéroe con el fin de explorar no ya las características del género, sino las herramientas de su propia labor como narrador gráfico. De este modo, las peripecias de Madman -un joven sin identidad al que un mad doctor resucita y bautiza con el nombre de Frank Einstein, en clara referencia al monstruo alumbrado por Mary Shelley- acaban siendo una excusa para llevar a cabo un ejercicio visual deslumbrante; un estallido de formas y colores que remiten a los tebeos de aventuras tanto como al pop art, y en el que el creador del personaje cuenta con la inestimable colaboración de su esposa Laura y su hijo Han. Sí, en esta joya del cómic independiente, como en otras obras que llevan la firma de los Allred, todo queda en familia.
La que sí ha concluido ya en sus dos formatos correspondientes -el estándar en rústica, cuyo arranque ya les recomendé en su día; y el de lujo en cartoné, este último con el subtítulo de Compendium- es Revival, colección publicada en Estados Unidos por la editorial Image y que ha sido saludada como la más digna heredera de Los muertos vivientes de Robert Kirkman. Y no solo porque la historia urdida por Tim Seeley y dibujada por Mike Norton cuente con un elemento temático fundamental que recuerda poderosamente a aquella -una pequeña comunidad es testigo de cómo algunos de sus ciudadanos fallecidos regresan a la vida como si nada, lo que obliga a sus seres queridos a tener que adaptarse a esa extraña situación-, sino porque este elemento fantástico no evita que lo más memorable de la historia sea al igual que en aquella el retrato psicológico de sus personajes principales a partir de la verosimilitud de sus reflexiones y sus comportamientos. En resumidas cuentas: un cómic de evasión de primer orden, realizado con un oficio indiscutible por parte de sus dos autores; y que en su versión integral (ya saben, la citada Compendium) cuenta con cuatro tomos de tapa dura que pueden regalar poco a poco o, si el bolsillo se lo permite, de una tacada.
Y para terminar, me permito la tramposa licencia de incluir un título que ni se publicó durante el 2022 (vio la luz por estos lares un año antes) ni es un volumen integral de material publicado previamente en otro formato. Pero es que no podía permitir que una obra tan relevante como Monstruos pasase desapercibida, y menos en el año en el que ha triunfado por todo lo alto en los prestigiosos Eisner acaparando nada menos que tres galardones: uno como mejor obra y otros dos para su responsable, Barry Windsor-Smith, como autor completo y como rotulista. Esto es: estamos ante un Juan Palomo de manual, siendo la presente obra el que sin duda es el trabajo más personal hasta la fecha de uno de los artistas fundamentales del cómic a lo largo de su historia. Conocido sobre todo por su labor en Marvel, con obras como El Hombre Máquina, Arma-X o muy especialmente su aportación al corpus de Conan (quien no haya leído su Clavos rojos no sabe la maravilla que se está perdiendo), Windsor-Smith es un autor londinense que viajó en su juventud a Estados Unidos para acabar convirtiéndose en una pieza clave en el proceso de madurez que el cómic de género (superheroico o no) alcanzó a lo largo de la década de los setenta. En esta ocasión, lo que en un principio iba a ser un relato acogido en el seno de la franquicia marvelita, protagonizado por el popular Hulk y de apenas veintidós páginas y a todo color terminó convirtiéndose, por el empeño del artista a no renunciar a ciertas decisiones autorales y a mantener así su libertad creativa, en una novela gráfica independiente, de casi cuatrocientas páginas en un impactante blanco y negro y protagonizada por una serie de personajes de nuevo cuño. Personajes memorables todos ellos, desde los protagonistas hasta el último secundario, embarcados en un relato de género fantástico pero subtexto (lamentablemente) muy real que reflexiona, en ocasiones en clave metafórica y en otras de forma más directa y sin imposturas literarias, sobre temas tan delicados como la violencia de género, el abuso infantil, el síndrome postraumático provocado por los conflictos bélicos y los actos aberrantes sobre los que se asientan los cimientos de las naciones que aspiran así a convertirse en la más poderosa del mundo. En definitiva: Monstruos en un trabajo verdaderamente magistral por parte de una leyenda del medio; ni más, ni menos. Y quizá sea el mejor cómic que he leído este año, aunque se publicase el anterior.
Pues estos y no otros son los cuatro cómics recomendados hoy. Ya solo resta una columna más en este 2022, y que como ya es tradición dedicaré a hacer un repaso de las mejores películas estrenadas durante estos últimos doce meses. Nos leemos pues, si así gustan, la semana que viene.
Parker, Madman, Revival. Compendium y Monstruos están editados por Astiberri, Planeta Cómic, Aleta y Dolmen respectivamente.