De recuerdos y lunas

De actualidad

De actualidad está el cambio climático. En un prestigioso semanario y haciéndose eco de los rigores de la temperie en noviembre, se recoge una noticia que concluye: "Sin duda han cambiado nuestras condiciones climatológicas –sic por climáticas– porque vienen notándose estas anomalías en las temperaturas con bastante frecuencia."

También, en una acreditada publicación barcelonesa, en la sección "Noticias Geográficas", se escribe con preocupación sobre los cambios de temperatura y presión observados en los últimos tiempos, transformaciones que han despertado la atención de los meteorólogos. En el artículo se comenta, citando al estudioso M. Blavier, que dichas transformaciones puedan ser la causa que explique la desaparición de la sardina en las costas de Bretaña y de La Vendée francesas. Blavier considera que todo se debe a "cambios notables en la dirección media de los vientos." En el mismo artículo se apunta que otras observaciones científicas confirman lo indudable de los cambios. Por ejemplo, M. Pouchet ha comprobado, por un lado, una elevación de temperatura en el Atlántico Norte, concretamente al norte de las islas Shetland; por otro, una acumulación de hielos en la estación francesa de Islandia. Según la publicación, algunos investigadores creen que las perturbaciones se explican porque el Gulf Stream (la Corriente del Golfo) sufre modificaciones en su curso. El estudioso M. Blanchart ha confirmado esta teoría y añade que en Inglaterra "ha sido nombrada una comisión con objeto de observar y consignar todos los detalles."

El prestigioso semanario que decimos en el primer párrafo es el semanario republicano "El Demócrata", dirigido en Villena por Alicio Caravaca y López. Hebdomadario editado entre agosto de 1890 y agosto de 1891. La noticia concretamente se publicó en la "Sección local y general" del número 12, de 2 de noviembre de 1890, refiriendo también que el martes 28 de octubre "amanecieron nevadas todas las sierras que circundan a Villena, notándose un frío tan intenso como si estuviéramos en pleno mes de Enero." Las noticias del segundo párrafo son anteriores. Pertenecen a un artículo publicado en Barcelona, el 9 de abril de 1882, en el número 15 de la "Ilustración Artística".

Y así podríamos traer muchos ejemplos más para demostrar que la alarma ante el llamado "cambio climático" es una sirena que viene sonando más constante de lo que nos parece. Que la preocupación no es nueva. Si acaso, de vez en cuando, toma más relevancia. Y ocasionalmente, como ahora, estimulada esta relevancia por mantecosas subvenciones, becas de investigación, gratificaciones a congresos, costosas publicaciones, suculentas ayudas, proliferación de colectivos sensibles y aprovechados de la cosa, ecologistas de despacho y toda la parafernalia que haga falta para concienciar –o asustar– al personal de la terrible plaga que nos acecha, fruto de nuestra irresponsabilidad como aprendices de brujo en una naturaleza que no sabemos dominar, sino destrozarla. Esto si no nos destroza antes ella.

Ya hemos escrito alguna vez contra estos alarmismos. Y no es que no nos preocupe el Medio, que nos preocupa. Mucho. Pero no nos preocupa desde el folclore de las cumbres de plañideras. Lo que dijimos antes, y decimos ahora, es que no hace falta ser agorero para pronosticar la catástrofe, porque la catástrofe somos nosotros. Y también lo dijimos antes: no poco de "capa que todo lo tapa" hay en la excusa del cambio climático. Por ejemplo, ¿será culpa del cambio climático cuando un aguaducho se lleve por delante o inunde la casa próxima al mar y en la desembocadura de una rambla que dicen que ha comprado Sonsoles en el almeriense Mirador de Vera?... ¿Será la culpa de los tiempos especulativos o de que el tiempo está cambiando?... Será.

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