De vuelta a los parques (antes del Estreno)
Previo al Estreno de la Joya de la Corona, léase Paseo Chapí, me da por revisitar aquello que dije para comprobar entre otras cosas si ahora con los años (yo) o con las modificaciones (los parques) resulta que donde dije digo, digo Diego. Y así retomo el texto ¿Por qué lloran nuestros parques?, publicado por EPdV a primeros de mayo de 2006. De la comparación entre entonces y ahora elijo volver a comenzar con aquel delfín, el más triste y sucio del mundo, todavía vigilante en la harapienta Plaza del País Valenciano. Ese delfín al que informo que su perspectiva de futuro será vigilar la Plaza de la Comunidad Valenciana.
De aquel ¿Por qué lloran
? recupero también el juego de nombrar una plaza/parque y escribir después la primera impresión que surja. Pero en esta segunda partida impongo la regla de escribir en cursiva las respuestas que coincidan con las que escribí hace tres años: Plaza Martínez Olivencia: ¿Todavía continúa en obras? Parque del Mercado: ¿Qué sacamos con su encarcelamiento? Parquecillo de la calle Pablo Picaso: ¿Cuándo dejó de ser el parque de los enamorados? Plaza de María Auxiliadora: Sucia, encharcada, con zonas oscuras donde al atardecer nadie se adentra. Plaza de las Malvas: campamento de insurgentes/as a los que no alcanza la ley (mejor para la ley conformarse con saquear y prohibir la estancia a fumadoras/es que muestran respeto y educación, o saquear y restringir a internautas que luchan en campiñas podridas de trampas burocráticas y vacíos legales). Plaza de la Banda de Música: columpios asesinos: rampas resbaladizas, toboganes con pendientes de 35º. Plaza del Rollo, laberinto de rejas.
Ver la ilusión de niños y niñas acercándose a casitas de madera pintadas de colores donde aburrirse eternamente. Impedir que entren en los sugerentes areneros para que no se rebocen con el orín y los detritos de los animales. Observar la continuada desaparición de árboles, arbustos, y conformarse con un lazo en una caja vacía: constrictivas macetas sujetando florecillas de temporada en un armónico y mecánico conjunto: Av. de la Constitución entre Gil Osorio y San Cristóbal. Ensalzar la nada con los ensanches de aceras de la rotonda de la Morenica , más aún: ensalzar la inutilidad, el derroche, la falta de ideas, de gusto. Todo antes del Estreno. Después del Estreno, don Ruperto con los ojos de la nuca podrá sin follaje que lo impida ver la fachada del Teatro que lleva su nombre.
Nota final: cuando se tiene la percepción de que tantas cosas están mal se debe pensar que todavía se puede ir a peor. Por eso hemos de agradecer si todavía conservamos esa ingenuidad que nos sobresalta al leer en la guía de Fitur 2010 (Feria de turismo) por ejemplo la recomendación de visitar Villena y saborear los platos del Rinconcico de la Espuela, el Bravo o la Sole, entre otros locales que han cambiado de nombre o ubicación. Bravo por nuestra Concejalía de Turismo y por ASHOVI.