De vueltas por la Plaza
Siempre se lía gorda cuando alguien comenta sobre la plaza de toros porque, como eternamente ha sido, hay gustos para todos y de todos los colores. Cuando estaba el tripartito anterior a la excaldesa Celia, porque la dejaban caer, incluso se vertieron afirmaciones de que los desprendimientos fueron producto de un sabotaje político; cuando gobernó el PP nos pagaba la plaza enterica Francisco Camps sin que nos costase un euro; cuando se demolieron los arcos, bóvedas y graderío no se solicitó para la plaza Bien de Interés Cultural y ahora que retiran la arena del albero, con nocturnidad, premeditación y alevosía, dañando la capa asfáltica, y se rumorea que también el callejón y el ruedo, se monta la de San Quintín.
La oposición convoca una concentración contra el expolio, reivindicando el patrimonio cultural del monumento, y las peñas taurinas se llevan las manos a la cabeza por tanta atrocidad. ¿Dónde está la verdad? ¿Quién tiene la razón? Opiniones contrarias y distintas preferencias. Por eso se levantan polémicas polvaredas, en ocasiones desmesuradas y demagógicas, sobre cualquier asunto que se tercie. Siendo servidor concejal de Educación, allá por 2003, la directora del CP La Celada, Marisol, se me quejó con razón de que la arena del coso de área de infantil estaba llena de defecaciones de gatos, por lo que me vi obligado a ordenar el cambio de la arena para no perjudicar la salud de los niños. Veo coherente pues que la tierra del coso taurino sea guardada o incluso renovada, no olvidando que se han realizado en ella exhibiciones equinas.
Del mismo modo me parece desproporcionado que se acuse al alcalde de haber firmado un convenio con la Generalitat demorando el pago de la plaza hasta 2016. Nadie es tan tonto para pensar que si hubiera posibilidades de pagos inmediatos se exigiría el finiquito de la deuda, pero nadie repara que la demora hasta 2016 puede estar motivada en la falta de liquidez del gobierno valenciano, llegando a un acuerdo gobierno y ayuntamiento para alargar los plazos. Sin embargo, caña al alcalde, como si perdonara la deuda. ¿O acaso si gobernara el PP y desde Valencia les dicen que no pueden pagar ahora, no haría el gobierno municipal lo mismo? ¿Iban entonces a denunciar a sus homólogos del Consell? Seguro que no y firmarían una moratoria.
Todo esto ocurre porque existen intereses partidistas y el acoso y derribo del contrario es de obligado cumplimiento. La consigna de toda oposición es debilitar al que manda, y siempre ha sido así. Pero no debería ser de esta forma tan ruin como deben funcionar las cosas. En Villena hay problemas importantes que resolver, patatas muy calientes que nadie quiere tenerlas encima de la mesa. El olor de las plantas de basura, las infraestructuras deficitarias, los compromisos impagados, la plaza . Echo de menos que en los temas realmente importantes, donde el futuro de la ciudad depende de las mejores soluciones, no se sienten en la mesa a dialogar gobierno y oposición para evaluar los pros y contras de cada paso a realizar.
No es una mariconada ir de la mano en asuntos trascendentales, sino conveniente. Desde posiciones alejadas, si existiera voluntad política de hacer las cosas bien, se llegaría a un acuerdo de mínimos y a partir de ahí a trabajar. No es tan difícil pero hay que cambiar el chip, porque los veintiún concejales de esta ciudad no se deben a los votos de sus electores, al apoyo de sus militantes y simpatizantes, a sus siglas; se deben a todos los ciudadanos porque a ellos representan, incluidos los que se abstuvieron, los que votaron nulo o en blanco. Son sus representantes y por ello es necesario un esfuerzo de consensuar los problemas más candentes.
Y de entre lo que depare el futuro de la plaza, una propuesta: cine de verano. Nos quedamos sin cines y es una agradable posibilidad.