Teatro

Desayuno con… Juan García Martínez “Cigarro”

Publicamos hoy una amplia entrevista con el villenense Juan García Martínez , más conocido como “Cigarro”, sobre todo en el ámbito del teatro local, donde se ha labrado una extensa carrera como actor y director. Asimismo, es fundador del grupo teatral Caricato Teatro, que cada cierto tiempo nos deleita con nuevas representaciones.
Háblanos de tus comienzos en el teatro
Mis comienzos están relacionados con el Centro Juvenil del Colegio Salesianos, cuando tenía catorce años. Nuestro monitor, Paco Picazo, un día nos comentó que pertenecía al grupo de teatro Perigallo y, medio en broma medio en serio, nos propuso que podíamos formar un taller de teatro, partiendo de la expresión corporal. De esta formación salió años más tarde la compañía teatral Cenital (sus componentes: Juan Rubio, Juan Yeclano, Carmen, Luisa, José, Chimo, Paco Picazo,...y yo). En esta compañía realicé las funciones de actor y pasé posteriormente a ocuparme de la puesta en escena de algunos de los montajes.

Háblame de Caricato Teatro
Somos un grupo teatral formado por amigos (Juan Rodríguez “Yeclano”, mi primo Paco López, su mujer Pepi Oliva y su hijo) y personas que se van incorporando, porque Caricato Teatro está abierto a cualquier amante del teatro que quiera salir a escena. Nuestro trabajo se basa fundamentalmente en la expresión corporal, danza, interpretación, mimo, música, etc.

¿La vida es teatro?
Sí, un poco sí, porque todas las personas, según el momento, mostramos una cara diferente, aunque se haga inconscientemente. En muchas ocasiones nos ponemos máscaras para sentirnos menos incómodos y actuamos según el lugar, las circunstancias o ante que personas… para representar un personaje distinto al nuestro.

Las historias que pones en escena, ¿son sacadas de hechos reales o son relatos ya escritos?
Comencé primero con textos que combinaba con la expresión corporal y música; entre otras cosas porque en el grupo había chicos que trabajaban la danza y el baile y aprovechamos todo lo que nos podían ofrecer. Ahora se han puesto de moda los monólogos, y lo que hago es adaptar textos dando un sello personal que está gustando mucho.

¿Qué premios has conseguido?
La Asociación ATAVI –compuesta por los grupos Zarangollo, Manopla, Teatro Estudio, Polichinela, Agrupación Teatral Ruperto Chapí y Caricato Teatro– cada año organiza una gala, en ella se otorgan dos premios: “El Molinillo de Café”, que premia la trayectoria de una vida dedicada al teatro; y “El Azucarero”, que se da a la persona que mejor ha trabajado en el teatro durante el año. En los últimos años ATAVI viene otorgando otros premios dentro de los cafés-teatro, siendo el jurado el público asistente y premiando al mejor actor, mejor actriz, mejor número y mejor director. Como premios yo he recibido “El Molinillo de Café” y varios como mejor director.

¿El teatro puede considerarse como una terapia para mejorar personalmente?
Por supuesto, pero más que el teatro la expresión corporal. Nos ayuda a expresarnos mejor y ha disfrutar de nuestro cuerpo, entre otras cosas, y sobre todo ayuda a conocerse mejor.

Tú te ríes mucho, imagino que hasta de ti mismo. ¿Es bueno reírse de uno mismo?
Es muy bueno. Si tú puedes reírte de tus defectos (porque todos tenemos alguno) haces que los demás lo consideren como algo normal. Yo soy una persona tímida y el reírme me ha ayudado a superar mi timidez.

¿Qué es lo que te ha hecho reír más?
Me río mucho con las caídas, sobre todo con las mías. Lo último que me ha hecho reír a carcajadas y sentirme a gusto fue el taller de teatro que se realizó en la Asociación Comarcal de Afectados por el Cáncer, del que guardo un grato recuerdo.

Los artistas son bastante supersticiosos. ¿Es tu caso?
No, en mi caso para nada.

¿Enamorado de la vida o dejas que la vida te enamore?
Pienso que la vida tiene cosas bonitas y cada día te sorprendes de lo que sucede. Ahora, camino a la madurez, me tomo las cosas como van pasando, procurando vivir cada momento y disfrutar de todo.

¿De pequeño te gustaba hacer payasadas?
No, de pequeño he sido un niño bueno, nada rebelde y muy tímido.

¿Y de mayor qué…?
De mayor me río muchísimo y hago bastantes payasadas. En los ensayos yo soy el primero haciendo paridas. En lo referente al teatro no tengo un objetivo concreto, pues siempre me lo he tomado como un hobby, porque si fuera de otro modo pienso que no lo disfrutaría tanto.

¿Has hecho alguna vez el papel de una mujer?
No, pero una noche de Reyes me disfracé de mujer y disfruté muchísimo.

Trabajáis mucho con los gestos, el cuerpo, la voz…. ¿Qué es lo más importante?
Es todo. El cuerpo sin palabras es lo más importante. En el teatro la utilización del cuerpo y los gestos son la base para una buena representación y cuando se acompaña de la palabra es un placer.

¿Qué es lo más difícil de ser director?
Lo más difícil es conseguir que el actor realice lo que yo quiero de ese personaje, porque a veces te imaginas algo y quisieras que el actor lo represente. A veces sacar lo mejor de cada actor requiere un trabajo que no siempre se consigue.

Anécdotas tendrás unas cuantas, ¿recuerdas alguna en especial?
Son varias las anécdotas pero recuerdo una: con Cenital representé el papel principal en la obra de “Jojo”. Salí a escena y me quedé en blanco, tuve que darme una voltereta para no parar la obra y pensar lo que tenía que decir.

¿Qué obras has puesto en escena?
Son mucha las obras, por lo que sólo voy a nombrar una de cada año: “Permiso, voy a improvisar un poco” (1995), “La Malasangre” (1996), “Danza-escucha” (1997), “La Generación del 98 en el 98” (1998), “Nuestra Señora de las nubes” (2000), “Nosotros las mujeres” (2001), “La guerra, el amor y la discusión” (2002), “El loco y la monja” (2003), “Lluvia de polvo” (2004), “Apaga y vámonos” (2005), “Maneras de vivir” (2006) y “Apaga y vámonos 2” (2007).

Para ser buen actor, ¿a quién tienes que convencer primero, al público o a ti mismo?
A ti mismo por supuesto, porque si tú no crees en lo que haces el público no se entrega.

¿Qué obra de teatro destacarías?
“El veneno del teatro” de José María Rodero y la obra “La Cabra” de José María Pou

El pueblo de Villena llena cada representación vuestra, ¿por qué?
Caricato Teatro ha seguido una trayectoria de buenos trabajos y eso nos ha dado una relevancia dentro del panorama teatral de Villena. La gente que ha visto nuestras obras sale con buen sabor de boca y poco a poco se va corriendo la voz. Las últimas obras han sido muy frescas y dinámicas, con las que el público ha disfrutado muchísimo y cada vez son más los que no quieren dejar de ver nuestra puesta en escena.

Tu hijo Iván, a pesar de ser tan joven, tiene muchas tablas encima del escenario. ¿Piensa dedicarse profesionalmente al teatro?
A mi no me gustaría, pero es su decisión. Lo que sí que quiero es que disfrute haciéndolo.

¿Tienes algún ritual antes de que comience el espectáculo?
Junto a todo el equipo (actores, cámaras, técnicos….) y les digo que lo disfruten al máximo.

Ante los aplausos del público ¿qué sientes?
Es algo inexplicable. En el estreno de “Apaga y vámonos 2” en la Casa de la Cultura, ver como el público en pie nos aplaude te llena de enorme satisfacción, no sabes como dar las gracias.

Caricato Teatro, ¿por qué?
El nombre de Caricato significa el bufón de la opera. Como nosotros queríamos hacer un teatro fresco y de humor nos sentimos identificados con el nombre.

¿Se puede empezar una obra al revés?
Sí que se podrá, pero yo no lo hecho nunca.

¿Qué pensarías si llegara la publicidad en los descansos?
Si se hiciera publicidad en el teatro creo que dejaría de hacer teatro, o mejor dicho, haría teatro con un presupuesto inferior pero de calidad, sin dejarme atrapar por un teatro comercial.

Has trabajado con hombres, mujeres y niños, ¿cuál de ellos es más difícil de dirigir?
Lo más difíciles son los niños. Yo he trabajado con niños mayores de 11 años y cuando tienen de 13 a 15 no prestan la suficiente atención.

¿Alguna actriz o actor favorito?
Mis actores preferidos son: José María Rodero, Manuel Galiana y José María Pou.

¿Te gustaría haber triunfado en los escenarios?
El haber conseguido hacer dos funciones y tener que hacer otra función porque no quedaban más entradas en la última representación de “Apaga y vámonos 2” en la Casa de la Cultura y otra en el Teatro Chapí; ver cómo la gente aplaudía al término de la función… En esos momentos piensas que has triunfado y me siento enormemente satisfecho. Sinceramente, nunca me había propuesto alcanzar lo que estamos consiguiendo.

¿Te arrepientes de algo?
Sí, de pocas cosas pero siempre se mete la pata en algo de lo que después te arrepientes.

¿Has llorado alguna vez?
Sí, muchas veces.

¿Qué harías por amor?
Por amor lo haría casi todo.

¿Una manía? No poder dormir con las puertas abiertas de los armarios. ¿Un regalo? Un bolígrafo. ¿Un libro? La perla. ¿Una comida? Los gazpachos.

¿A quien darías gracias?
A mucha gente, pero especialmente a mi padre y a mi madre porque los he visto quererse mucho.

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