Diamantes de laboratorio: la nueva joya imprescindible
Los diamantes sintéticos, también llamados de laboratorio o cultivados, son un logro de la ciencia de materiales

Puede que hayas leído muchas predicciones sobre la posible caída del mercado de diamantes creados en laboratorio, atribuidas a la alta competencia y a los precios bajos. Entonces, tal vez te sorprenda el título de este artículo y te preguntes: “¿Cómo se puede decir que el mercado está creciendo y que los diamantes sintéticos están en los primeros lugares?” Créenos, sí es posible.
A pesar de esas predicciones, la industria de diamantes sintéticos es cada vez más competitiva y supera a muchos productos similares en ventas. El mercado mundial de diamantes sintéticos, estimado en 15,3 mil millones de dólares en 2023, podría llegar a 21,4 mil millones de dólares en 2030, con un crecimiento anual de 4,9% entre 2023 y 2030.
Su popularidad se basa en las mismas razones desde hace años: los diamantes creados en laboratorio resultan más accesibles, muy atractivos, resistentes y menos dañinos para el medio ambiente. Esto los hace más llamativos que los diamantes extraídos o que otras alternativas. Además, ahora se reconoce que tienen ventajas para los consumidores, la economía y el valor, y que gracias a la innovación, se pueden personalizar y diferenciar estas piedras que a primera vista podrían parecer iguales.
Antes de comentar todas esas ventajas, veamos con más detalle qué son los diamantes sintéticos.
¿Qué son los diamantes sintéticos?
Los diamantes sintéticos, también llamados de laboratorio o cultivados, son un logro de la ciencia de materiales. Tienen la misma composición química y las mismas propiedades físicas que los diamantes naturales, pero se producen usando tecnología avanzada.
Los diamantes naturales y los de laboratorio tienen una dureza de 10 en la escala de Mohs, lo que significa que ambos son igual de resistentes a arañazos, desgaste o roturas. En las últimas décadas, la fabricación de diamantes ha avanzado mucho, usándose en herramientas de corte electrónico y en joyería.
A menudo se considera que los diamantes de laboratorio son más respetuosos con la naturaleza que los naturales, ya que la extracción minera (marina, a cielo abierto o subterránea) provoca emisiones de gases y daños a los ecosistemas locales. Además, mantener las minas es costoso.
Hace algunos años, la gente veía los diamantes sintéticos como un sustituto de los naturales. Por eso, su introducción al mercado fue complicada, debido a la comparación continua de ambos productos y la competencia entre lo novedoso y lo tradicional. Aunque hace diez años se necesitaba mucho esfuerzo de marketing para ganarse la confianza de la gente, hoy en día los diamantes sintéticos están plenamente aceptados en el sector de la joyería.
Unas palabras sobre el reconocimiento: cambio de enfoque en marketing
Cada vez más empresas de joyería aceptan que antes se cometió un error al enfrentar los diamantes naturales y los sintéticos. Esa estrategia llevó a una competencia que bajó los precios y gastó recursos en discusiones pasadas.
Estas compañías hoy piensan que tanto los diamantes naturales como los creados en laboratorio aportan un valor único y pueden complementarse para aumentar el consumo global de joyería.
En la reciente India International Jewellery Show (IIJS) en Mumbai, Dilip Mehta, presidente honorario de Rosy Blue y ahora líder de la empresa de diamantes cultivados Lumex, hizo una observación interesante. Dijo: “En vez de verlo como un duelo donde uno gana y el otro pierde, creo que tenemos una oportunidad enorme de ampliar el mercado juntos.”
Otras palabras sobre el reconocimiento: cambio en la terminología
Los diamantes creados en laboratorio ya no están restringidos a un nicho; están transformando el mercado de diamantes a nivel global. Se calcula que podrían llegar a representar el 18% para 2030. Este avance no sucede aislado, pues las normas y reglas están ayudando a crear confianza, a mejorar la sostenibilidad y a impulsar la innovación.
En 2022, los diamantes de laboratorio representaron cerca de 24 mil millones de dólares del mercado global. Sin embargo, a medida que el sector crece, se necesitan lineamientos claros y transparencia. Ya sea la Comisión Federal de Comercio (FTC) en Estados Unidos con sus reglas de marketing ético, las medidas en India para fomentar la fabricación de diamantes de laboratorio o entidades como la Asociación Internacional de Diamantes Cultivados (IGDA) que buscan unificar criterios, todos coinciden en que estas directrices son la base de un avance sólido.
La terminología es uno de los puntos clave. Reconocer oficialmente que los diamantes de laboratorio son verdaderos diamantes impulsó las ventas y la producción. Ahora, se debate eliminar la palabra “sintético” porque, para algunos, se presta a confusión con las imitaciones de diamantes. Varias marcas de joyería piden que la autoridad de protección al consumidor use etiquetas claras y fomente la educación de los compradores.
Y unas palabras más sobre el reconocimiento: cambio en el estatus percibido
Según Madestones, el principal distribuidor de diamantes de laboratorio en Europa: “Los diamantes de laboratorio ya no son solo una opción más, sino un recurso imprescindible para joyeros y comerciantes con visión.”
Las generaciones más jóvenes, como Millennials y Gen Z, están transformando la industria de los diamantes. Ellos dan prioridad a la sostenibilidad, la ética y la innovación al comprar. Este cambio hace que elijan diamantes creados en laboratorio en lugar de los extraídos. Esta tendencia no solo altera la imagen de los diamantes, sino que influye en la futura dirección del negocio.
Para los Millennials y la Generación Z, la ética y el medio ambiente son esenciales. Buscan productos que respeten sus principios, y los diamantes de laboratorio cumplen muy bien con ese requisito, pues se consideran más eficientes en recursos y se pueden rastrear para saber su origen, reduciendo así los problemas ambientales y éticos de la minería. Al mismo tiempo, representan una alternativa moderna e innovadora que encaja con su interés por la tecnología.
Estas generaciones también valoran la personalización, algo que pueden lograr con los diamantes de laboratorio. Así, obtienen diseños únicos que reflejan sus gustos e identidad.
Los Millennials y la Generación Z no solo modifican la industria, sino que están definiendo su camino a futuro. Su elección de diamantes de laboratorio refleja una tendencia orientada a la sostenibilidad, la ética y la innovación, valores que seguirán impulsando el avance del mercado en los próximos años.