Economía

Diario de un expositor novato: La Feria desde dentro

Más allá de la información meramente periodística sobre la III Feria de Artesanía Festera, El Periódico de Villena, presente en la feria como expositor, ha podido vivir de primera mano tanto la gestación de este evento a lo largo de casi dos meses como el desarrollo de la propia feria desde dentro. Éstas son nuestras impresiones.
Viernes 3 de noviembre: La inauguración

Aunque a alguno no se nos había ocurrido, antes de inaugurar una feria hay que montarla: nervios de última hora, carreras, prisas, faltan elementos del stand, otros no miden lo que deberían, etc. Afortunadamente, siempre hay alguien dispuesto a ayudarte a mover el mobiliario, dejarte herramientas y arrimar el hombro.

Cuando llega la hora de la inauguración oficial parece haber una pequeña descoordinación, lo que motiva un ligero retraso, aunque finalmente la comitiva –autoridades políticas, festeras, regidoras y madrinas, etc.– entra en el Pabellón y todos los expositores tienen a punto sus stands. Tras la visita de rigor, acompañada por los medios de comunicación presentes, se celebra un vino de honor sin apenas público: únicamente toman parte los expositores, la comitiva y algunos medios. No se sabe muy bien si la feria no estaba abierta al público o si los visitantes, a la vista de la lluvia y teniendo dos días por delante, han preferido esperar.

Sábado 4 de noviembre: Esto empieza de verdad

Con la apertura de las puertas a las 10 de la mañana comienza un largo día que no va a terminar hasta casi las 10 de la noche. Un lento goteo de visitantes se acerca hasta el Pabellón, aunque el tiempo lluvioso parece que sigue ejerciendo de freno. La mañana, todo hay que decirlo, pasa sin pena ni gloria, únicamente animada por las exhibiciones de danza y cetrería, que siempre resultan muy atractivas para el público.

Sin embargo, por la tarde todo comienza cambiar. El punto de inflexión, sin duda, lo marca la degustación de pelotas de relleno ofrecida por ASHOVI, la Asociación de Hostelería de Villena, los embutidos de Cárnicas Grau y los productos de Frit Ravich, Mahou-Madrid, Paco Domenech, Reyescar y Cafés Jurado. En el stand de ASHOVI, al calor de un plato tan nuestro y regado con buen vino de la tierra, el ánimo aumenta. Se monta una tertulia más que interesante entre los responsables de algunos medios de comunicación –José Antonio Escandell, Alfonso Camánez, José Valdés y Carlos Prats– a la que bien pronto se suman Esther Camáñez y José Antonio Serrano, además del concejal Jesús Santamaría. Entre bromas, chistes y alguna amistosa puya que otra, van sumándose expositores y visitantes a la reunión, perfectamente atendida por el camarero del stand de ASHOVI, que a decir de todos se ha ganado el cielo este fin de semana gracias a un trabajo excepcional. Sólo faltaba entonces la presencia de los chavales del grupo de batucada Press Into, que a más de un expositor le amargaron una posible siesta después de comer.

Así, en plena charla, perdemos de vista que el recinto comienza a llenarse poco a poco, hasta el punto de que en un momento dado descubrimos que hay mucha gente y nadie en los stands para atenderla. Cada mochuelo a su olivo y a trabajar, que de eso se trata, porque entre las seis y las nueve de la noche la feria recibe un aluvión de visitantes llegados entre otros sitios de Lérida, Almería, Albaida, Moraira, Albacete, Almansa, etc. Las empresas firman contratos, los stands reparten regalos y publicidad a cien por hora y organizadores y expositores suspiran con alivio al darse cuenta de que, finalmente, el público comienza a asistir de manera masiva.

En lo que a EPDV respecta, hemos tenido suerte con nuestra ubicación: Al lado del stand de cetrería de la empresa Horus (uno de los más llamativos para el público) y de las chicas del grupo de danza Security Dance, que acompañadas por la batucada montaron un show alrededor del cual se aglutinó un público numerosísimo. Conclusión: se nos agotan los periódicos, los Suplementos Especiales y los bolígrafos que habíamos previsto regalar durante el sábado y nos vemos obligados a ofrecer periódicos de la semana anterior, al tiempo que nuestra pequeña bodega de vinos Hoya Hermosa, gentileza de Viveros Santa Margarita, desciende preocupantemente tras tanta visita.

Domingo 5 de noviembre: Ha sido un placer, amigos

Por si a alguien le cabía duda, el verdadero éxito de esta feria es la amistad y camaradería fraguada entre los expositores, conscientes de que la unión hace la fuerza y de que si todos empujamos en una misma dirección el sector de la artesanía festera de Villena puede seguir creciendo, aumentando su volumen de negocio y creando empleo.

Buena muestra del ambiente que hemos vivido a lo largo de todo el fin de semana la tuvimos el domingo: a las nueva y media, antes de abrir, todos los expositores pudimos disfrutar –además de la amena charla y el intercambio de impresiones– de un reconfortarte chocolate con churros gentileza de Bordados Villena. A media mañana, el vicepresidente de la Junta Central de Fiestas, un auténtico chef llamado Manolo Muñoz, nos obsequió a todos con una de sus especialidades: los pinchos morunos, bien regados con vino y cerveza, “obligatorios” en casi todos los stands. A la hora de comer, por gentileza de MyC Publicidad y Andrés “Caracoles”, dispusimos de una paella espléndida acompañada por el vino traído por los responsables de Hijos de Fco. Navarro Brotons y las pastas ofrecidas por las propietarias de Tejidos Urrea… sin olvidar, claro está, los omnipresentes stands de los Almorávides –su barra y su jamón han sido un auténtico punto de reunión– y de ASHOVI, donde el domingo hubo degustación de triguico.

Cercana ya la hora de cierre, tuvimos ocasión de visitar los stands para recabar unas últimas valoraciones, y la sensación de todos los expositores, comercialmente hablando, era positiva: quizá ha habido menos público que el año pasado, pero se ha hecho más negocio porque han venidos muchos “profesionales” dispuestos a alquilar trajes y escuadras para los Moros y Cristianos 2007 de toda la geografía festera. Todo ello, unido al magnífico ambiente vivido entre expositores, antes y durante la feria, nos lleva a la conclusión de que ha sido un gran fin de semana para todos en el que negocio y disfrute han ido de la mano, lo que esperamos que se repita en próximas ediciones para bien del sector y de la economía de Villena en su conjunto.

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