Vida de perros

Dime quién es el enemigo

Resultaría sorprendente la transformación Jeckyll/Hide de la portavoz popular Ana Mas de no ser precisamente porque pertenece a dicho partido, el popular (un partido, en su globalidad, que nos ha acostumbrado a escuchar negar lo innegable, a decir “digo” donde dijo Diego y a tomar a España por tonta). El caso es que la portavoz popular pocas semanas después de publicar un amable comunicado mostrando su apoyo al recientemente formado equipo de gobierno, de quitar peso a cierto asuntillo y de proclamar y alentar a respetar el tradicional periodo de cien días de tregua necesario para que un gobierno se asiente; pocas semanas después, digo, se descuelga con varias ruedas de prensa abanderando el asunto de los pagos de los puestos del Mercado.
Imagino que fueron los datos aportados por el grupo Verde los que hicieron prender la mecha. Y por datos me refiero a las fechas en las que comienzan las irregularidades en el pago de las tasas, fechas que cargarían parte de responsabilidad en el grupo popular villenero. Y un ataque se paga con otro ataque, y se acabaron los cien días de gracia.

Curioso. Y digo curioso porque si bien en la última legislatura el PP acusaba al tripartito de hacer oposición a la oposición, también es cierto que una parte de votantes populares acusaban al PP de no hacer oposición. Y digo curioso porque trabajando en nuestro ayuntamiento, con conocimiento y datos de su paso por Alcaldía, con acceso a presupuestos y demás documentación, es curioso que en ninguno de esos cuatro años de oposición se haya llevado este asunto a Pleno. Es curioso que se destape ahora, con el supuesto daño que podría haber causado hace un par de meses, en pleno proceso electoral. Resulta un dato relevante que me lleva a pensar que o bien es cierto que no se hizo un buen trabajo de oposición durante la pasada legislatura (trabajo pagado con el dinero de nuestras arcas), o bien resulta que el grupo popular se encontró frente a un asunto que no le convenía sacar a la luz. No lo sé, pero confío en que el tiempo lo descubra.

En cualquier caso me temo que se trata de un asunto que aunque dependiente de la concejalía de Hacienda, también implica a otras como Mercado o Policía. Y si bien es cierto que las murmuraciones, las críticas con datos incompletos o inexactos y las malas intenciones son algo que afecta a la población, y que son motivos en los que los grupos dirigentes se amparan para ocultar medidas y procedimientos; creo que por eso mismo habría que descubrir la fórmula para comunicar a la población los asuntos que afectan a su economía y funcionamiento. No debe ser fácil, pero es necesario si la apuesta es por la transparencia (información), la concienciación y la participación (que yo entiendo en este orden).

Ahora, hoy, el problema ya ha asomado la cabeza, lo que significa que cualquier solución que se adopte a espaldas de la población no creará más que recelo y desconfianza. Cualquier medida que se tome y se comunique con medias tintas, sin ofrecer el escenario completo del problema, será reflejo de las penumbras de un sistema de gobierno que cada vez más personas venimos rechazando, un sistema que entiendo que Villena castigó con su voto en las urnas. Y si titulo así esta columna es porque caprichosamente tenía en la cabeza una frase de Maniática donde que pedía saber quién era el enemigo. Creo que la fórmula es la correcta: dime quién es el enemigo, ¿eres tú el enemigo? ¿Es el Ayuntamiento el enemigo? Creo que no, que hoy no, espero que éste no. Pero eso es algo que tendremos que vivir y averiguar.

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