Discutamos más
Discutamos más. Porque yo también te he escuchado y ahora vuelves a escucharme tú. Así que intentemos alargar esta discusión para llevarla más allá de los prejuicios, de los rencores, de las ideas preconcebidas que tenemos entre tú y yo. Porque ahora lo importante es solucionar, solucionar todos estos problemas que arrastramos, todos estos problemas recién llegados. Porque lo importante es prevenir futuros problemas, estar preparados para cuando lleguen si llegan. Porque lo importante es avanzar. Y lo importante es saber hacia dónde debemos dirigirnos. Discutamos más. También con esa señora que riega las macetas en la ventana, o con ese niño que vuelve del colegio encorvado con el peso de una mochila llena de libros.
Vamos a buscar a la directiva de la Asociación de Vecinos y Vecinas de nuestro barrio para preguntarle si hay más viviendas en la zona que no pueden sintonizar esas cuantas cadenas de televisión con su TDT. Vamos a consultar en la Oficina de Consumo ese problema que tenemos con nuestra compañía telefónica. Vamos a llamar a la Policía Municipal cuando sufrimos un corte de luz, o de agua, o de calle. Expongamos nuestros problemas y nuestras dudas, y discutamos si no estamos de acuerdo. Vamos a discutir más, buscar más personas en nuestra situación, con nuestra preocupación y sumémosla a nuestra discusión. No permitamos que se cumplan nuestros temores: que esa casa que linda con la nuestra se derrumbe, o arda al fin, sin haber utilizado todas vías posibles para evitarlo. Cambiemos lo que al fin es cotilleo, murmuración, indignación, temor, indefensión, por acción. Acción más allá del corrillo vecinal, de las barras de los bares.
Entre tanto somos demasiadas personas las que con asombro asistimos al primer rifirrafe público del nuevo Ayuntamiento: el tamaño del despacho concedido a la oposición. Un problema, como el del número de personas liberadas, que en mi opinión deberían ahorrarnos a la población. Al menos hasta que el asunto esté zanjado. Pero no si el caso consiste en una queja en proceso de ser atendida, en proceso de discusión. Porque desde el punto de vista de la ciudadanía cabe pensar que litigios del tipo citado no van a hacernos más que perder el tiempo, que enfrentamientos así sólo consiguen hacernos perder un tiempo precioso durante el que podríamos estar trabajando en buscar soluciones a los problemas que tenemos, o en planificar proyectos futuros.
Deberíamos exigir entonces a toda nuestra representación en el Ayuntamiento que abandonen posturas pueriles y que discutan, que trabajen y que discutan, que discutan sin dar pasos atrás, sin llegar a puntos donde no se puede avanzar, que abran discusiones encaminadas a dar soluciones, a encontrar al menos aquellas que resulten mejores y más provechosas para todos y todas.