Dueña de mi sonrisa (Día Internacional Contra la Violencia de Género)
El próximo 25 de noviembre, como venimos haciendo desde 1999, volveremos a conmemorar el Día Internacional Contra la Violencia de Género, o contra las mujeres, o la del género masculino contra el género femenino. Lacra social que no conoce edades, estatus social, preparación académica ni procedencia. Violencia contra las mujeres que llega siempre de manos de parejas, ex parejas, novios o maridos. Pero el resultado final, ese que lleva al maltratador a acabar con la vida de la mujer, no es fortuito ni nace de la casualidad de un momento de discusión o acaloramiento; en muchas de las ocasiones llega precedido de días de golpes y palizas, de semanas de silencio y sufrimiento, de meses de terror y de muchas lágrimas, soledades y amarguras.
Son muchas las políticas que desde esa fecha, y antes, se han llevado a cabo para atajar a estos indeseables y proteger a sus víctimas y atender a los hijos, que del mismo modo padecen dentro de las paredes de su casa esta situación de violencia contra natura, que les somete a planteamientos indebidos que acabaran por pasarle factura años después.
A la ley de 2004 que fijó las medidas de protección integral contra la violencia de género, le han seguido medidas de vigilancia a los agresores, creación de casas de acogida donde poder recibir a madre e hijos una vez tomada la valiente decisión de abandonar al maltratador, así como otro tipo de medidas a las que acogerse la mujer victima de la violencia machista.
Pero lo que es más importante, y no podemos olvidar ninguna de nosotras, y además es deber de hombres y mujeres que, o bien en instituciones públicas o bien desde entidades privadas y sin ánimo de lucro, es a enseñar a todas las mujeres valorarnos en la medida de lo que somos. Es deber de quienes en algún momento estamos en disposición de poder hacer llegar nuestra voz a la ciudadanía el recordar incansablemente que las mujeres somos un ser idéntico al hombre en derechos y obligaciones, un sexo capaz de todo, como la historia terca contra la realidad se encarga de demostrarnos. Somos madres capaces de luchar a muerte por nuestros hijos, somos trabajadoras incansables dentro y fuera de casa, con una capacidad innata para la prudencia y la organización, en definitiva, somos capaces de vivir y sobrevivir sin la presencia masculina a nuestro lado, y menos cuando esa presencia es sinónimo de bofetadas, insultos y humillaciones.
Es por esto que hoy desde el PSOE y como Secretaria de Igualdad del mismo, me dirijo a ti, mujer que puede que al leer estas palabras y te ves reflejada en ellas, para decirte que No le necesitas para sobrevivir, al contrario, debes alejarte para poder hacerlo, que No te quiere por mucho que te lo repita a modo de letanía cada día después, los golpes jamás pueden sustituir a las caricias y besos, que son la demostración del amor.
Si necesitas ayuda, no lo dudes, ármate de valor y pídela. Y recuerda que eres la dueña de tu vida, de tu tiempo, de tus decisiones y tus emociones, y por supuesto, de tu sonrisa. No dejes que un hombre te la borre tras sus golpes.
Teléfonos de interés
- Servicios Sociales: 96 580 03 93
- Policía: 96 534 60 44
- Guardia Civil: 012
- Asesoramiento en violencia de género: 016
