Llegado el ecuador de la legislatura el próximo 27 de mayo se cumplirán dos años del triunfo electoral de Celia Lledó, EPdV ha querido pulsar la opinión de los portavoces de los tres grupos políticos con representación en nuestro ayuntamiento, que respondiendo a cuestionarios prácticamente idénticos han venido a ofrecer unas opiniones cualquier cosa menos sorprendentes.
Como es lógico, la oposición tanto PSOE como Verdes hace bandera de un doble argumento: por un lado, la falta de concreción de numerosos proyectos comprometidos en el programa electoral del Partido Popular, algunos de los cuales han pasado a mejor vida el centro comercial del Grec mientras que otros alejamiento, piscina cubierta, plaza de toros
se encuentran en una situación de impasse sin que por el momento nadie pueda ponerse medalla alguna por ellos. Y por otro lado, ambos partidos meten el dedo en la llaga intentando hurgar allí donde más duele: la inaudita situación que se vive en el seno del equipo de gobierno, partido incomprensiblemente en dos bloques, justo lo contrario que se esperaba tras la victoria electoral más contundente vivida en Villena hasta la fecha. Como consecuencia de tal situación, se ha llegado a otra situación igualmente inédita: la presentación de una moción de confianza contra la alcaldesa por parte del PSOE, moción que contará con el respaldo Verde.
Por su parte, el portavoz popular, José Joaquín Valiente, hace lo que se espera de él: lanzar balones fuera en el caso de la moción sin entrar en el fondo del asunto, cuestiona las formas y encomendarse al futuro, momento en el cual habrá de dar sus frutos todo el trabajo burocrático y administrativo realizado hasta el momento por el equipo de gobierno, que además de las dificultades propias del cargo y el terremoto político que supone el enfrentamiento en su seno, ha de afrontar una situación económica asimismo inédita, dado que la crisis económica que padecemos es de las que van a hacer historia.
Así las cosas, todo está donde debe estar: la oposición criticando e intentando aprovechar cualquier resquicio para desgastar la imagen del equipo de gobierno, mientras que éste espera con impaciencia que los proyectos salgan adelante y puedan ser expuestos ante la ciudadanía como prueba objetiva de su eficacia en la gestión. No obstante, y alcanzado el punto de inflexión, el tiempo empieza a jugar en contra del equipo de gobierno. Si se cumplen los objetivos, podrán revalidar su cargo. Si no es así, la ciudadanía difícilmente olvidará un enfrentamiento estéril, inútil e injustificable como el que estamos viviendo.
